Cap. 4: Inspiración.

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La noche anterior, Chuuya estaba realmente mareado, por lo que su amigo se quedó a dormir. Al día siguiente, amaneció con la ropa cambiada, desmaquillado y con una nota a su lado.

"Lamento lo que pasó anoche, no escuches a esa bola de fracasados. En la cocina te dejé el desayuno hecho y una pastilla para tu resaca.
Te quiero.
Tachi♥︎"

Pero,¿qué fue lo que pasó? — Preguntó para sí mismo. Lo último que recordaba era que iba a competir contra una lunática que escupía en su vaso y con el ridículo suicida de la ruta.

Como si de una revelación se tratase, abrió los ojos.

—¡Ya recuerdo! La mujer esa me ganó.— Apretó los puños de la rabia.

Se levantó de la cama despacio, para no caerse, y se dirigió a la cocina. Todavía no podía pensar con claridad, le dolía todo.

Revisó su celular y vio que su hermana le había tirado cinco llamadas perdidas, ¿pero qué hora era?

Esa mañana, no tenía claro cómo, pero terminó yendo a la universidad donde estudiaba su amigo para agradecerle por cuidarlo y preguntarle qué había sucedido.

Mientras observaba afuera del lugar, sus ojos se posaron a un grupo de chicos que estaban bajo un árbol reunidos. Todos tenían un estilo realmente único, por lo que no pudo evitar seguir observando a cada uno.

Para su sorpresa, en el centro se encontraba aquel loco de la ruta con el otro loco que le había estado gritando ese día. Apartó su vista rápidamente al notar que este último giró su cabeza hacia él.

—Sí que tienes suerte en estas cosas, Dazai.

El más alto, sin contestar a aquel comentario, se levantó con una sonrisa en los labios y se dirigió dónde el pelirrojo.

—¡Buenos días!— Saludó, siendo ignorado por completo— Uhm,¿puedes hablar? ¿O el alcohol de ayer te dejó sin lengua?

Chuuya no sabía qué decir o hacer, era la primera vez que aquel hombre cruzaba palabras con él, de las veces que ya se vieron.

— Ho-hola. —Respondió, sin voltear a verlo.

— Veo que si hablas— Se burló— Me llamo Osamu Dazai, soy estudiante de diseño y ellos son mis compañeros— Señaló con la palma de su mano hasta donde estaban los otros chicos sentados. —¡Ven!

El pelirrojo no entendía nada, pero igualmente lo siguió. No negaría que sentía curiosidad por aquel alto castaño, era muy extraño que llevaran ya tres veces encontrándose. Parecía una plaga.

— ¡Hola modelo!— Saludó la mujer que había ganado la competencia de bebidas— Soy Yosano. ¿Qué tal te sientes después de anoche?

— Bien... supongo.

—¿En serio?— Todos se miraron sorprendidos entre ellos. No podían creer que existiera alguien con tanta fuerza de voluntad y determinación como aquel chico. Si supieran que Chuuya realmente no recordaba el hecho de que todos se hubieran burlado de él.

— Te admiro hermano— Saludó uno de ellos, posando su mano en el hombro del más bajo— Me llamo Kunikida, creo que me recuerdas,¿no?

—No podría olvidar al loco que gritaba en la calle.

— Ellos son Atsushi y Akutagawa— Señaló Dazai, mostrando a la pareja que se agarraba de las manos. El peligris lo saludó con una sonrisa y agitando la mano libre, mientras que el otro simplemente escondió su cara en el cuello de su novio, no por timidez, sino por antipatía. Chuuya chistó.

— Mucho gusto, creo que yo ya no necesito presentarme, por lo visto todos me conocen.

—¡Claro! Estuvimos en la fiesta de anoche, bueno, todos menos Kunikida— Aclaró Atsushi— Pero cuando se comenzaron a reír de tí no pudimos evitar sentirte lástima.

—¿Perdón?— El pelirrojo quedó atónito. Primero, él no necesitaba la lástima de nadie, todos podían meterse su lástima por el orto. Segundo, ¿Cómo que reírse de él?

Dazai, como adivinando lo que pensaba, comenzó a carcajear.

—¡Ya entiendo! Petit no recuerda lo que sucedió anoche.

—¿"Petit"? —Recalcó Chuuya.

— Modelo, menos mal— Lagrimeó la pelicorto— Ya estaba por pegarle a alguien.

—Em... ¿me podrían contar con detalles todo, por favor?— Preguntó, y se sentó a lado de la pareja.

Comenzaron a relatar lo sucedido. El pecho de Chuuya dolió, una punzada en el corazón le hizo poner la mano allí. No podía imaginar a la multitud de personas riéndose, menos todavía a él gritando aquello y provocando aún más barullo.

—"Todos se acordarán de mi nombre" ¿yo dije eso? — Todos asintieron. Si Chuuya era bueno defendiéndose cuando estaba consciente, el Chuuya borracho era un super saiyajin.

— Quiero ayudarte a hacerlo realidad—Habló Dazai— Ayer, esos ojos azules llenos de ira me inspiraron. Dentro de quince días habrá un concurso de diseñadores, donde todos mostraremos una innovadora colección.

— Dazai-san llevaba días sin inspiración— Continuó Atsushi. —Tú actitud de ayer lo guió a su tema.

— Solo tú puedes modelar mis diseños, Chuuya. —Explicó, con ojos de súplica. —Si aceptas y ganamos, te ayudará a ser más reconocido. Ambos tendremos beneficios.

  El pelirrojo quedó pensativo unos minutos, era la primera vez que alguien le pedía algo como eso, que alguien se inspiraba en él. ¿Y si le estaba gastando una broma?

11:11 en el reloj.

—Está bien, seré tu modelo.

Los ojos de Dazai se iluminaron, y sujetó con ambas manos las del contrario, acariciándolas.

— Te agradezco, mon petit. Comenzaremos justo mañana.

Una tercera voz se escuchó entre ellos.

— ¡Chuuuyaaa, viniste!— Fue corriendo rumbo a su amigo y lo abrazó por la espalda. Pero al notar quienes le acompañaban, se soltó—¿Qué haces con los de diseño?

— Mucho gusto, Soy Osamu Dazai— Saludó.

—Ah, dime Tachihara— Se presentó, todavía algo confundido.— Vámonos Chuuya, almorcemos juntos.

El chico estiró a su amigo con él y Dazai le hizo una señal con sus manos a Chuuya para que se volvieran a encontrar al día siguiente en ese mismo lugar, el pelirrojo asintió.

Petit MuseNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ