CAPÍTULO 10

41 8 0
                                    


PoV Edgar

Edgar: Sniff... Sniff... - Olfatea - *Este olor...* Sniff... *Me es un poco familiar*.

  Me puse a pensar rápidamente donde había sentido este aroma antes, pero casi al instante me di cuenta. Estaba usando la toalla de Rubb, así que este olor es el de Rubb.

Edgar: ... *Bueno... Antes se disculpo por esto mismo. Ya que olvidamos comprar una toalla también para mí. Y le respondí que no me molestaba nada, pero ahora...*

  Extiende los brazos mirando la toalla como revisandola y no veía nada raro.

Edgar: *No es que ahora me moleste o me incomode, pero no se... me siento algo raro... como con ganas de hacer algo*.

  No sabía que hacer. Puse a trabajar de nuevo el cerebro, pero aún nada. Así que decidí no romperme más la cabeza con eso y seguir secandome. Al momento, volví a apreciar el aroma del hombre bestia, que repito, a pesar de no ser muy fuerte, me llamaba mucho la atención.

  Dado a eso me vino a la mente la imagen de Rubb secándose por la mañana con esta misma toalla, después de un buen entrenamiento. Por alguna razón me sentia bien al pensar en eso, pero también creí que era raro, así que agite la cabeza y me olvidé de eso.

  Una vez seco, deje la toalla en su sitio, me vestí y salí del baño. Otra vez me sentía como nuevo, al igual que ayer. Es como si mi cuerpo me dijera "estas listo para hacer cualquier cosa", aunque en realidad no iba a ser así, ya que estábamos en horario de la tarde.

  Tenia la ropa "sucia", por así decirlo, en una de mis manos. Y no estaba del todo seguro de si ponerla con la demás limpia, pero igualmente lo hice. Muchas veces, cuando tenía la oportunidad, lavaba mi ropa bañandome con ella, pero no estoy seguro de cómo sería ahora. Aunque de todas formas, tarde o temprano lo iba a descubrir.

  Ya habiendo guardado mi anterior vestimenta, bajé las escaleras en busca del reptil y me lo encontre en la sala con una escoba en la mano. Estaba barriendo en el lugar.

Edgar: ...

Rubb: Oh. - Lo nota - Veo que ya has terminado. Aún no me convence mucho, pero esa ropa sí que se ve bien en ti. - Dice sonriente y refiriéndose a las ropas oscuras del humano -

Edgar: Esto... Gracias.

Rubb: Jeje ¿Y la ropa sucia? La has tirado en el cesto ¿Verdad?

Edgar: ¿El cesto? - Pregunta un poco confundido y sorprendido -

Rubb: El cesto de la ropa sucia. En el baño.

Edgar: ¡...! *Oh. Recuerdo haberlo visto en el cuarto, pero no lo preste mucha más atención. Debí imaginar que ahí es donde debía poner la ropa o algo así*. Sí, sí. El cesto. Sí. Ahí la tire. - Responde un poco nervioso -

Rubb: Mmm... Así que si lo viste. Que bueno. Y no te preocupes por tu ropa. Yo mismo la lavare. Puedes estar tranquilo.

Edgar: Gra-Gracias. *Luego debo poner allí la ropa sin que se de cuenta* ¿Y tú? ¿Ahora mismo estás...

Rubb: Sip. - Lo interrumpe - Limpiando un poco la casa. Me gusta que este así.

Edgar: Sí, se nota. *Puede que no me haya dado cuenta cuando llegue, pero aparte del baño, casi toda la casa está muy limpia también. Supongo que Rubb es un fanático de la limpieza o algo así* ¿Quiéres que te ayude un poco?

Rubb: No, gracias. Estuve limpiando desde que entraste al baño, así que ya casi estoy terminando.

Edgar: Ah. Esta bien.

Rubb: Cuando termine con esto, me pondré entonces a hacer la cena ¿OK?

Edgar: OK.

  Así que eso mismo hicimos. Me senté en uno de los sofás y espere a que el t-rex terminara con su labor. Una vez habiendo cumplido su propósito comenzó a preparar la comida, mientras yo seguía esperando sin nada más que hacer. A él, parecía preocuparle que no tuviera nada que hacer, pero yo en cambio le respondí que no tenía de que preocuparse...

Tiempos SalvajesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora