Capítulo Veintitrés

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—¡Ta-da!

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—¡Ta-da!

Ikumi y Han elevaron la vista y Gyuvin juró ver cómo sus mandíbulas casi tocaban el suelo.

—Wow... Tú familia si que caga dinero. — dijo Yujin mientras admiraba el lugar con asombro. El menor los había llevado a su casa en Busan, la cuál no usaban mucho.

—Es increíble... — Hiroto también quedó asombrado. Gyuvin simplemente se encogió de hombros y les indicó que se adentraran más.

—Papá también tiene un bar aquí y por eso hizo esta casa. Viaja muy seguido. — comentó.

Los tres chicos subieron a las habitaciones, pero Kim les había propuesto dormir en un solo cuarto para hacer más desmadre y permanecer juntos, por lo que terminaron aceptando.

—Estoy cansado. — dijo Yujin mientras se lanzaba a la
cama.

—Yo también. — Gyuvin quiso imitar su acción pero el borde de la cama era demasiado suave para su gusto y terminó cayendo de espalda en el piso.

—Auch.

Yujin y Hiroto rieron fuerte.

—No dejaste ni la columna. — dijo Han entre carcajadas.

Los tres chicos volvieron a reír mientras Gyuvin intentaba recuperarse levantándose del suelo.

—Iré a tomar una ducha. — avisó Ikumi. —¿Tienes una toalla?

—Claro. — Gyuvin sonrió y buscó alguna en el armario pero no logró encontrar nada. —Iré a ver si hay en las otras habitaciones, no tardo.

Hiroto asintió y entró al baño. Al girar lo primero que logró ver fue su reflejo en el gran espejo. Tenía la piel de su cara roja debido a las palmadas que había recibido, además de una expresión triste y lastimera.

Se sentía tan patético.

Levantó su playera y la lanzó al suelo. Iba a seguir desvistiéndose hasta que la puerta fue abierta abruptamente sacándole un grito de pánico.

—¡Lo siento! ¡Lo siento! — se disculpaba Gyuvin, sin embargo en ningún momento se movió de ahí. —Toma. — le pasó la toalla.

—Gracias. — agradeció con un leve sonrojo.

Ambos estuvieron así durante largos segundos dónde Hiroto no quería levantar la vista porque se avergonzaría más. Gyuvin parecía no querer moverse de ahí.

—¿Qué? — preguntó. —¿Qué pasa?

Gyuvin no respondió y simplemente alejó la toalla que cubría el torso del mayor para ver con más atención las marcas y moretones que habían sobre este. Hiroto tenía hematomas por todos lados, de un color morado fuerte y algunos cortes que posiblemente se debían a las patadas que recibía en su estómago.

"Our baby Gyuvin" - MattwoongOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz