Capítulo 19 | Problemas

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Terminó de atar sus agujetas y colocarse su manga de arquera como pudo, ya que Chimuelo sí la había roto un poco

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Terminó de atar sus agujetas y colocarse su manga de arquera como pudo, ya que Chimuelo sí la había roto un poco. Mery aun no sabía cómo, pero debía escapar y para cualquier oportunidad debía estar lista. Volvió a tratar con la ventana, pero estaba sellada; era una ventana que estaba cerca del borde del agua por fuera, era lógico que debía estar bien sellada y protegida. Ninguna tabla estaba suelta o floja y no tenía herramientas que la pudieran ayudar.

Trataba de no caer en desesperación y enojo, eso no la ayudaría.

- ¿Qué debo hacer? Necesito salir. -

Tomó su cabello y lo amarró. Se recargó en la puerta para poder observar todo el cuarto y pensar, estaba frustrada. Al cruzar los brazos y recargarse casi cae porque esta se movió.

- ¿Pero qué...? -

Se levantó rápido y observó la puerta.

- No tiene seguro. -

Con cuidado y en silencio abrió la puerta, vio al pirata dormido en el suelo; no sabía que Jack lo había golpeado y que él había dejado la puerta abierta. La cuestión es ¿Fue a propósito?

Mery tomó la espada del pirata y empezó a moverse poco a poco por el barco, teniendo cuidado de no toparse con nadie de la tripulación.

- He estado en este barco antes... ¿Por qué no... por qué no recuerdo...? ¿Cómo escapé la última vez? -

A veces parecía que Mery se provocaba los dolores de cabeza ella misma.

- Smith nos movió para hacer rondas. Hay que estar atentos ya que regresará pronto y traerá prisioneros. -

- Diablos... -

Escuchó voces y se escondió en la primera habitación que encontró abierta. Entró y cerró sin hacer ningún ruido. Pegó su odio a la puerta y escuchó como se acercaban los pasos y las voces.

- ¿Cuándo volverá el Capitán? -

- Creo que Smith fue por él, con otros de la tripulación y los niños prodigio. -

- Niños de la profecía... -

- Lo que sea. Ya casi amanecía y Smith se los llevó. -

Los pasos se alejaron poco a poco y Mery se calmó. Al menos sabía que había menos tripulantes, Smith no estaba y tampoco el Capitán.

- Será más fácil salir de aquí. -

Se dijo.

- ¿Merida? -

Y se asustó de nuevo. No estaba sola. Dio vuelta y notó que estaba en un camarote y había una joven ahí; como de su edad, blanca de ojos verdes y, lo que más llamó su atención, fue su rubio cabello, muy largo, sujeto en una trenza que casi llegaba al suelo.

Nunca JamásWhere stories live. Discover now