Capitulo 3 | El Rey de Nunca Jamás

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Advertencia: Acoso, maltrato e intento de violación en el capítulo.

-Un mes en Nunca Jamás-

No estaba muy cómoda, pero al menos, Merida se había quedado dormida; las noches en la jaula "castigada" no eran las mejores.

- Arriba Princesa durmiente. Hora de trabajar. –

Por desgracia el sueño no le duró mucho.

- ¡Hey! Te estoy hablando mocosa ¡Arriba! –

Era el perro faldero de Peter Pan "Félix" ese joven petulante que cumplía con todas las cosas que Peter le ordenaba. Era la mañana siguiente del ultimo castigo de Merida, lo cual significaba que también le tocaba cazar la comida de ese día; pero la Princesa no quería hacer nada y eso incluía escuchar ordenes de Félix o de cualquier otro.

- Pídeselo a alguien mas y lárgate. –

- Pequeña mocosa insolente. –

El niño perdido de inmediato cortó la soga que mantenía la jaula colgada en el árbol haciendo que esta cayera y Merida despertara por completo y furiosa. Félix abrió la jaula y una patada de la pelirroja fue lo que recibió.

- Dije que vayas a molestar a alguien más. –

Félix de inmediato se levantó y enfrentó a la Princesa con su daga, Merida como pudo se defendió, pero la daga terminó en su cuello.

- Estoy cansado de tu actitud princesita. –

- ¿Y por qué no haces algo al respecto niño perdido? –

Había una pelea de miradas, como si compitieran por cual tenía más odio.

- Es cierto, olvidé que no puedes hacerme daño, no si tu dueño no te deja ¿O sí? –

El odio en Félix aumentó.

- Solo eres el perro de Peter Pan. –

Félix apretó los dientes y también la daga en el cuello de Merida.

- Cállate. –

- Ya basta, déjala. –

Pan había intervenido en la discusión, antes de que Merida siguiera provocando que la mataran. Félix bajó la daga y se alejó de ella; le había dejado un pequeño corte en el cuello y la Princesa llevó su mano a él.

- Perro faldero. –

Repitió. El niño perdido estuvo a punto de atacarla de nuevo, pero Peter lo detuvo, se colocó entre ambos, frente la pelirroja.

- Si no vas a hacer nada, te quedarás todo el día en la jaula y sin ningún alimento. No tengo tiempo de lidiar con tus niñerías. –

La tomó del brazo con fuerza y la hizo entrar en la jaula de nuevo.

- Si no puedes conmigo, entonces jamás debiste traerme. –

Solo cerró la jaula y Pan empezó a hablar con Félix.

- Si ella no hace la caza de hoy ¿Quién la remplaza? –

Preguntó Peter. Merida se sentó en la jaula con sus piernas abrazadas, tratando de ignorar la charla de los chicos.

- Todos ya tienes sus tareas asignadas hoy. –

- ¿Nadie? –

- Supongo que podría mandar a los pequeños, a Mofeta y los gemelos Mapaches también. –

- Bien, hazlo. –

- Ellos no cazan, les daré unas redes para que vayan a pescar. –

- ¡No! –

Nunca JamásWhere stories live. Discover now