CAPITULO 5 ESTAMOS UNIDOS

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¿A cambio de que te cases conmigo? Su respuesta me dejó desconcertada, no lo podía creer, hubiera pensado, y si lo pensé, que quería una aventura, solo pasar el rato con la pobre e ingenua limpiadora, pero ¿pedirme matrimonio? ¿Pasar el resto de mi vida con él? ¿A mí?

La verdad es, que no tenía palabras.

_ ¡Vale! - tomó de nuevo la palabra. _ no es necesario que contestes ahora, pero te advierto, que solo tienes hasta mañana, para hacerlo y quiero que estés consciente, de que no aceptaré un no como respuesta.

Por supuesto, que ese día me conduje como sonámbula, no sé cómo lo terminé, y también, que por supuesto, esa noche no dormí.

No me cabía en la cabeza que ese gran hombre, todo poderoso, un millonario, dueño de grandes empresas, un auténtico líder, perseguido por decenas de hermosas mujeres, unas auténticas modelos de revista, quisiera encadenar su vida a la mía, yo, que no tenía en qué caerme muerta, que era una simple empleada de limpieza, que ganaba casi el mínimo, que su hogar, era solo un cuarto de mala muerte, yo, que no era digna ni de él, ni de nadie, mi cuerpo estaba marcado por la violencia, quizás, él esperaba a una mujer pura y sin mancha y yo no lo era, había habido varios hombres en mi vida, no por voluntad propia, en el orfanato no te daban opción ni te pedían permiso, aun cuando te resistieras y en las calles igual. Cuando de verdad intenté una relación fue con el chico que rescató mi rompecabezas y me lo devolvió, él al igual que yo vivía en la calle, fue un tiempo corto, pero cuando empecé a trabajar de nuevo, él desapareció, reconozco que no hubo amor de por medio, aunque en ese momento creí que lo había, pero con el paso del tiempo, supe que, si hubiese sido amor, hubiera dolido más y ya no dolía, solo deseaba volver a verlo, saber que había sido de él, aunque lo más probable es que estuviera muerto.

Así que, aquí estaba de nuevo, aterrada, sin saber qué hacer, él se decepcionaría tanto de mí y me dolía de verdad, pero no construiría algo serio a base de mentiras, por lo que a la mañana siguiente cuando estuve en su despacho, no pude quedarme callada, y le conté mis razones, por las que no podía ser su esposa.

_ Estoy enamorado de ti. - se acercó a mi tomando mis manos entre las suyas. _ y no me importa quién hayas sido, ni de dónde hayas venido, solo sé que te quiero a mi lado. - dijo con voz ronca. _ y sin lugar a equivocarme también sé, que tú eres esa pieza, que le hace falta al rompecabezas de mi vida, y sin la cual, jamás estaría completo.

Yo estaba al borde del llanto, no lo podía creer, pero tenía miedo, miedo a que todo esto fuera solo una fantasía de él y que, con el tiempo, se cansara y me regresara de dónde me había recogido.

_ Estoy consciente de tu pasado. - dijo cómo si adivinara mis pensamientos. _ solo te quiero a ti, y solo me importa lo que suceda de aquí en adelante. Solo tú y lo que tengas que ofrecerme y si no tienes nada que ofrecerme, sobreviviremos con lo que yo tengo para ambos.

_ No podrás. - dije entre lágrimas, no tengo estudios, no se comportarme en sociedad, pronto te avergonzarás de mí y desearás nunca haberme propuesto esto, además, no soy digna, no serías el primer hombre en mi vida.

Él sonrió y me miró con paciencia.

_ La falta de estudios se puede solucionar, el saber comportarte en sociedad, también tiene solución, se aprende, aunque yo te prefiero tal como eres y lo último, ¿debería de juzgarte por ser mujer? Entonces tendría que juzgarme a mí mismo, justo acabo de romper una relación y no ha sido la única, así que, estamos en igualdad de circunstancias.

Iba a replicar que lo de él, no se podía comparar con lo mío, eran relaciones consentidas, en cambio yo había sido forzada y los traumas estaban ahí, ni siquiera sabía si podría estar con él, si no me pasaría lo mismo que con Sam, que cada vez que estábamos juntos me asaltaban los recuerdos y los temores, y se volvía complicado, las pocas veces que estuvimos juntos, él me mostraba paciencia y me trataba con cuidado, hasta que yo me tranquilizaba y entendía, que él, no era como aquellos que me habían atacado, siempre fue tierno y considerado, no lo sé, pero a veces pienso, que quizás ese fuera el motivo de que desapareciera de mi vida, probablemente se hubiese cansado, pero tenía que vivir con la duda, porque no volvió, ni supe de él.

_ No me importa cuántos hombres hayan pasado por tu vida, ni, si estabas enamorada de ellos o no, lo que sé, es que, lo que haya sucedido, lo afrontaremos, pero lo haremos juntos. Por muy difícil que haya sido, te prometo que nada de lo que viviste volverá. - me abrazó con ternura. Yo ya estaba llorando desconsolada.

Sus palabras me daban a entender que aún sabiendo lo que me había sucedido, no me juzgaba. Así que fui sincera con él, le conté mi vida entera, con todos los detalles, él solo me abrazó y con sus tiernas palabras conquistó mi corazón.

_ Lo superaremos juntos. - dijo sin soltarme. _ tu eres parte de mi rompecabezas y yo soy parte del tuyo, pero estamos unidos, tus piezas serán mis piezas y las mias serán las tuyas. Si alguien quiere lastimarte, ahí estaré yo para defenderte.

Y así había sido, no fue fácil para mí, pero tampoco para él, se enfrentó a las críticas, a los comentarios mal intencionados, a la burla, incluso rompió relaciones, perdió amistades y hubo muchas mujeres furiosas por perder ante alguien como yo, pero él se mantuvo firme, me defendió, me apoyó y además tuvo que cargar con mis traumas y mis conflictos interiores.

Hacía dos años de ello. Las cosas han cambiado, yo empecé a estudiar, voy lento porque no se me da el estudio y se me dificulta aprender, pero siempre he recibido el apoyo de César, no sé cómo no se ha cansado de mí, siempre que puede me ayuda y me explica, pero mi mente parece no querer cooperar, quizás sea por eso que ya se está cansando y busque en otras lo que sabe que no verá en mí.

También he estudiado etiqueta, tengo toda la teoría de cómo comportarme en sociedad, pero es eso, solo teoría, porque en estos dos años he asistido a dos que tres eventos con mi esposo, mentiría si dijera que él se ha avergonzado de mí, al contrario, siempre me ha dado mi lugar, aunque los demás me vean como bicho raro, o así me siento yo, es por eso que siempre me resisto a hacerle compañía, por lo que él ya se acostumbró a irse sólo cuando es algo ineludible.

No tengo nada que reprocharle, porque ha cumplido su palabra, aquella frase que una vez me dijo: "Si alguien quiere lastimarte, ahí estaré yo para defenderte"

Lo paradójico de esto, es que, en estos momentos, es él quien me está lastimando, y no hay nadie que pueda defenderme y él no puede defenderme de sí mismo.

haremWhere stories live. Discover now