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Los siguientes días pasaron cada vez más lentos o al menos así los sintió Jimin.

La señora Park casi no abandonaba la clínica por miedo a no estar presente cuando su esposo decidiera dar su último respiro así que el rubio prácticamente estaba solo en casa la mayor parte del tiempo.

Agradecía al cielo tener a Taehyung acompañándolo y dándole apoyo constantemente pero eso se acabaría hoy, ya que su amigo había hecho planes para salir de la cuidad por unos días.

—puedo posponer la cita para otro momento Minnie de verdad.

—No Tae, ya te dije que voy a estar bien. Aparte no sabemos por cuántos días más vamos a estar así, no puedo tenerte de rehén conmigo dentro de la casa todo el tiempo- Jimin explicó dándole tranquilidad a su amigo- de verdad, no te preocupes, puedo sobrevivir unos días sin vos —agregó bromeando.

Taehyung había organizado un encuentro con algunos amigos que vivían en una cuidad cercana, hacía casi dos años que no volvía a Korea y quería aprovechar para ponerse al día antes de tener que volver a viajar.

Jimin no estaba pasando su mejor momento pero no pensaba interferir en los planes de Tae. Su amigo lo había ayudado demasiado y merecía unos días de tranquilidad y ocio.

—en caso de que llegara a pasar algo por favor Minnie llámame y vuelvo en un abrir y cerrar de ojos— dijo todavía algo preocupado.

—prometo mantenerte al tanto— aseguró dándole una palmada en el hombro, ambos parados en la puerta de la casa de la madre rubio.

—si te cruzas con Jungkook... ¿Qué pensas hacer?— preguntó curioso el más alto.

Habían estado hablando del tema sin cesar pero todavía no tenía claro que pasaba por la cabeza de su mejor amigo.

—sinceramente... No sé.

—creo que ya sabes lo que opino pero te lo digo una vez más por las dudas, ustedes se deben una charla Jimin... Una charla larga y tendida— dijo para luego darle un breve abrazo de despedida, su taxi estaba aparcando en la calle.

Jimin asintió, sabía que Tae tenía razón. Necesitaba cerrar su historia con el pelinegro, asumir los errores cometidos y quizás pedir perdón por haberse desvanecido de aquella manera. Sería el primer paso para dar por finalizada aquella etapa tan difícil de su vida.

—gracias por soportarme Tae, te quiero— dijo antes de alejarse y verlo subir al auto.

Ahora sí estaba solo con sus pensamientos, esperaba poder procesarlos sanamente.

El día continuó tranquilo, Jimin no tenía mucho para hacer allí. Había organizado con Hani que iría a la clínica por la tarde a chequear como estaba su madre y si necesitaba algo pero más allá de eso no había otras cosas de las que ocuparse.

Podría comunicarse con alguno de sus amigos y tal como lo había hecho Tae aprovechar para verlos después de tantos años lejos. Sonaba como una buena idea pero Jimin no conseguía dejar de pensar en alguien en específico.

Jungkook.

Por más que intentara e intentara sin cesar, de algún forma u otra su mente terminaría pensando en él. En lo increíble que lucía aún con seis años más encima, en como en solo unos minutos revolucionó todos sus sentimientos, en las inmensas ganas que tenía de perderse entre sus fuertes y grandes brazos y quedarse allí escondido para siempre.

Lo amaba igual o incluso más que antes y ahora sentía que haberse alejado no había servido absolutamente para nada...

Seguía completa e irremediablemente enamorado.

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