Jimin y Jungkook habían estado manteniendo una relación a escondidas durante casi dos años ya, y la culpa que sentían ambos al compartir momentos con Hani, Yang-Mi y Jungwon era cada vez más pesada.
Así que tarde o temprano llegaron a la conclusión que tenían que terminar con lo que estaban haciendo por el bien de todos, incluído sus corazones y tranquilidad mental.
Primero intentaron cortar y volver a tratarse como lo que eran, cuñados, pero eso no duró mucho. El amor y deseo que sentían el uno por el otro no se desvaneceria tan rápidamente y en la primera oportunidad en la que se encontraron solos terminaron besandose y haciendo el amor como desquiciados.
Incluso llegaron a tener sexo en la casa del pelinegro mientras el resto de la familia había salido de compras.
Aquellos encuentros fogozos eran seguidos por interminables discusiones, llantos y arrepentimiento de ambos.
Jimin se odiaba por estar enamorado del esposo de su hermana y Jungkook sentía que era el peor padre que existía sobre la faz de la tierra.
¿Cómo miraría a los ojos a sus hijos si alguna vez todo salía a la luz?
Todo se había ido complicando muchísimo más con el tiempo.
Así como había crecido el amor entre ellos también lo había hecho el miedo a perderlo todo si eran descubiertos.
Estaban al borde del colapso y lo sabían.
Cuando Jimin comentó en una cena familiar la posibilidad de irse del país debido a una propuesta de trabajo fue un baldazo de agua helada para el pelinegro.
Esa misma noche Jungkook apareció en el departamento del rubio y le rogó que no se fuera, le repitió una y mil veces cuánto lo amaba y que ya no podía continuar fingiendo ser feliz con su familia.
Le propuso hablar con Hani y decirle toda la verdad sumido en la desesperación que le causaba la posibilidad de perderlo para siempre.
Iban a hacerlo, iban a confesar su relación secreta y afrontar las consecuencias.
Pero una vez más las circunstancias estarían en su contra.
Tan solo unos días después de aquella noche en dónde acordaron revelar su relación, Jungwon había sido hospitalizado de urgencia. El niño presentaba síntomas extraños y cambios notables en su personalidad desde hacía bastante tiempo y fue entonces cuando supieron la razón.
Leucemia.
Jungkook sintió que el universo lo estaba castigando por sus acciones.
Sintió que su hijo estaba pagando el precio de sus pecados.
Abandonar a Hani en esa situación era impensable. Jimin tampoco se lo permitiría.
Jungkook tenía que estar con su esposa e hijos, ese era su lugar en aquel momento.
El rubio finalmente aceptó aquel trabajo en el exterior y aunque el viaje se postergó por unos meses, cuando el diagnóstico del pequeño fue un poco más alentador y ya estaba en tratamiento, Jimin juntó sus pertenencias y se fue.
(...)
— Tío Mimi no quiero que te vayas
—Tengo que hacerlo princesa, es un trabajo muy importante y no puedo dejar pasar esta oportunidad
— ¿Vas a venir a visitarnos? Mami me dijo que Francia queda muuuuuy lejos
— prometo hacer todo lo posible...
