Capítulo 7

376 33 8
                                    


—¿______?

Peach entró a mi habitación después de asomar la cabeza por la puerta, dejé de acomodar mi ropa y le puse atención.

—¿Qué pasa?

Se sentó en la cama.— Tuve una reunión con los Toads del consejo y...—hizo una pequeña pausa.—Decidimos que era hora de coronarte.

Su noticia me cayó por sorpresa, no sabía si era muy pronto o era el momento adecuado, pues desde que decidí quedarme ya había pasado una semana y media. Peach me miraba como esperando mi aprobación.

—Pero, ¿no crees que es muy pronto? ¿Y si no sirvo para gobernar? ¿O si yo...?

—Calma.—me interrumpió.—Puede que para ti sea muy pronto pero nosotros te hemos esperado por años y está en tu sangre gobernar, te he estado observando y tienes lo necesario. Yo sé que juntas podemos lograr cosas juntas.

—¿Y tú serías la reina?

Rió.—No, querida. Ambas seríamos princesas. Sólo por favor piénsalo un momento, es por el bien tuyo y de nuestro hogar.

La miré unos segundos largos tratando de descifrar una respuesta y terminé asintiendo.—Está bien.

Salió de mi habitación dando saltos de felicidad y yo solo suspiré pesadamente, ¿Qué acababa de hacer? ¿Ser princesa? ¿Gobernar?

Me tiré en la cama mirando el altísimo techo, necesitaba mi guitarra para distraerme, ojalá pudiera traerme unas de mis cosas del otro mundo. ¿Aquí existirán los instrumentos?

Me levanté de la cama y acomodé mi cabello, salí medio corriendo de la habitación con una idea en la cabeza buscando a Peach pero no la encontraba en ninguna sala hasta que entré de golpe a la sala de mapas donde todos los del consejo me miraron de golpe, avergonzada llamé a Peach.

—Se que no debí entrar así pero tengo una pregunta.

—Dime, ______.

—¿Aquí hay guitarras?

—Wow, hace mucho que no escuchaba esa palabra.—Tomó su barbilla.—Hubo una década en la que utilizaron según lo que me contaron algunos toads, tú y yo todavía no hacíamos, pero puedes tener suerte en algunos puestos de antigüedades.

Asentí con felicidad y corrí hacia la salida, me metí al tubo que daba hacia la aldea y aterricé, salí de nuevo corriendo pero algo me hizo caer, había chocado contra algo, adolorida volteo hacia arriba y me encuentro con nada más y nada menos con el chico de verde.

—Luigi...

Tenía una semana entera sin mirarlo, resulta que ellos no frecuentaban mucho el castillo como esperaba, solo cuando era necesario.

—¡______! ¡Lo siento, déjame ayudarte!—tomó mis manos y me levantó.—No es por nada pero debes tener cuidado y no ir corriendo por aquí.—rió.

—Sí, tenía algo de prisa, la emoción me ganó.

—¿Se puede saber de qué?

—Estoy en busca de una guitarra.—sonreí emocionada.

—¿Guitarra?—asentí—Woah, años sin escuchar eso. ¿Quieres compañía?

—¿En serio? Si no estás ocupado sí, me agradaría algo de compañía.

—Entonces vamos.—empezó a caminar y paró.—¿A dónde vamos?

Reí.—A los puestos de antigüedades.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Apr 26, 2023 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

La princesa perdidaWhere stories live. Discover now