Capítulo 3

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Estaba sentada en una roca aburrida cuando de pronto las puertas del carrillo se abren bruscamente alarmando a los guardias y a mí.


Narrador:

Los hermanos Mario se encontraban bebiendo el té con la princesa Peach, Luigi mordía un pastelillo y la princesa bebía de su té.

—Es muy extraña, parece que solo apareció de la nada y anda muy curiosa.

—¿Quién?

—La chica que me encontré.— Contestó Luigi

—¿Y por qué no está aquí? La hubieran traído, hubiese sido increíble conocer a una chica.

—No la dejaron pasar los guardias, por precaución.

—¿Y como se llama? — preguntó para luego beber de su té.

—_________.— contestaron los dos.

La princesa escupió el té inmediatamente y se levantó rápido, los hermanos Mario la miraron confundimos y más cuando salió corriendo.

Corría mientras sostenía su vestido, cruzó pasillos y al llegar empujó las dos puertas gigantes de la entrada dando al frente del castillo.

Los guardias la miraron alarmados.

Narra ________:

Mi mirada cruzó con la de la princesa, parecía en shock. Se fue acercando y como si mi cuerpo se controlara solo hice lo mismo, los hermanos Mario llegaron corriendo y nos observaban. Peach levantó su mano esperando a que yo hiciera lo mismo y lo hice, juntamos nuestras manos y las miramos, tenían la misma medida, ella medía más que yo, sus ojos eran azules y los míos verdes, ella era rubia y yo castaña, su cabello era largo y el mío corto.

Éramos tan diferentes pero a la vez iguales, nuestras facciones eran iguales, de pronto un rayo de luz comenzó a salir de el ventanal del castillo, se fue apagando y al verlo en vez de estar Peach sola, estaba con otra chica y vestido azúl.

Miré de nuevo a Peach y parecía querer llorar, para ese momento yo no entendía nada. Me abrazó.

—Eres tú. ¡Eres tú!

Miré a los hermanos Mario sin entender nada, ellos estaban en shock.

—Es ella.—susurró Mario.

—La princesa perdida.—le dijo Luigi del mismo modo.

—¿Qué está pasando?— pregunté y Peach se separó.

—Querida ________, tenemos mucho de qué hablar.

—No entiendo, ¿Cómo sabes mi nombre?

—Sé más de ti de lo que crees. —rió.

Sin entender la seguí y que había tomado mi mano, Mario y Luigi venían detrás de nosotras, entramos a un salón donde habían unas grandes escaleras y subimos, llegamos a un gran pasillo con muchas puertas y nos dirigimos a otro pasillo en el cual en una punta había una puerta blanca con detalles rosas y en la otra punta había otra igual solo que con detalles azules, ambas se daban la cara.

Fuimos hacia la azul.

Peach me soltó y abrió la puerta.—Pasen.

Los tres lo hicimos y después ella lo hizo, la habitación tenía un papel tapiz azul celeste con ciertos detalles del mismo color, había una cama con cedas color azul marino un gran tocador blanco, una puerta con un baño y otra para un armario. Peach se adentró al cuarto de armario y de su bolso sacó una llave dorada con un corazón de diamante también azul, casi todo era azul. Insertó la llave en un cajón y de ella sacó una caja.

La princesa perdidaWhere stories live. Discover now