—Ay, no sé, ya tengo demasiado con el trabajo, además no quiero ilusionarlo. Hoy me gusta algo, mañana no. Saben lo inestable que soy emocionalmente. — admito y ellas asienten. — Pero bueno, mis niñas, las dejaré. Debo prepararme para el jurado del lunes sobre el caso de Natalia Contreras y el divorcio del jefe.

—Suerte con eso, les hablo luego. Las amo.

—Yo también las dejo, este bebé no deja de darme patadas, no le gusta la manzana. — agrega Olivia y todas reímos.

—Yo también las amo, chao. — Finalmente, cortamos la videollamada. Miro el mensaje de texto de Ian: ya estaba aquí. Abre la puerta de mi apartamento y entra con bolsas de comida tailandesa, lo cual amo con toda mi vida. Si me preguntan, la comida es lo que me hace la mujer más feliz de este planeta.

—Hola. — saluda con una sonrisa mientras coloca las bolsas en la mesa. Camina hacia mí y me da un beso en los labios.

—Por Dios, eso huele riquísimo, muero de hambre. — digo mientras coloco la laptop a un lado de la mesa, bloqueándola.

Ian se acomoda, dejando sus cosas y pertenencias sobre la mesa. Se ve tan sexy con uniforme. Creo que tengo un fetiche por los uniformados, me gusta que me cojan así. Finalmente, saca los platos y sirve la comida en ellos, luego se sienta a mi lado con la comida.

—¿Vino? —pregunto con una sonrisa ofreciéndole.

—Sí, justo y necesario —responde, dedicándome una sonrisa.

—¿Entonces el jefe arrogante que no te agrada quiere que tomes su divorcio?

—Exactamente, y me canceló todos los míos anteriores. Los dividió con el esposo de Olivia —pongo los ojos en blanco.

—Pero supongo que te pagará el doble por todo eso, ¿no?

—Sí, por supuesto que lo hará, pero aún así no me agrada lo que hace.

—¿No crees que es extraño que entre tantos abogados no solo en su firma, sino a nivel país, específicamente te eligiera a ti? —dice con tono de preocupación.— No lo sé, algo no me parece bien.

—No lo sé, también pienso que es extraño —niego con la cabeza llevándome un trozo a la boca.

—Solo ten cuidado, ¿sí? Haz todo bien, ten tus pruebas por si acaso pasara cualquier cosa, tengas con qué defenderte.

Después de un rato hablando y cenando, terminamos. Ian se levanta y lleva todos los platos desechables a la basura y las copas de vino a la cocina, recogiendo todo de la mesa. Veo que lava sus manos y camina hacia mí. Sé que viene la parte de la famosa "sorpresa" y estoy nerviosa por eso.

Me dedica una tierna sonrisa y se sienta a mi lado, mirándome.

—Ahora tengo una sorpresa para ti.

—Ay por Dios, harás que me sonroje como una adolescente —digo con una sonrisa de diversión.

Observo cómo saca de su bolsillo una caja de terciopelo rosada, y una sonrisa se forma en sus labios.

¿Qué carajos significa esto? ¿Qué se supone que hace? ¿Acaso me pedirá matrimonio el loco? ¿Debería salir corriendo de mi propio apartamento?

—Es para ti, preciosa —murmura, abriéndola.

—Por Dios, Ian, es hermosa —agradezco internamente que no haya sido un anillo, sino una delicada pulsera con diamantes rosados.

—Tan hermosa como tú —murmura, acariciando ahora mi mejilla. Toma la pulsera y la saca, para luego tomar mi muñeca y colocarla en ella con suavidad.

—Es hermosa, no sé qué decirte. No tenías que hacer esto —niego con una sonrisa en mis labios.

—No tienes que decir nada, solo espero que te guste. La vi y por alguna razón sentí que gritaba tu nombre, así de delicada, hermosa y única en un millón. Ian era definitivamente un romántico, sus palabras me hacen sentir querida y especial.

Me acerco a él, acaricio su rostro y beso sus labios con ternura. La verdad es que quiero que me folle y duro.

—Gracias, es hermosa, es un detalle que jamás olvidaré.

—Yo quería decirte que todo este tiempo compartiendo contigo ha sido asombroso, Caroline. Me siento bien contigo, me encantas hasta morir, y de eso no hay duda, quiero estar contigo y con nadie más que contigo. Estaba pensando si te sientes cómoda en llevar las cosas a otra etapa, solo si te sientes cómoda.

No anticipaba esa pregunta. Aunque finjo una sonrisa, siento mi pulso acelerarse ante el cuestionamiento inesperado. En realidad, no estoy buscando amor o una relación en este momento. Decirle directamente que no me resulta difícil y me hace sentir culpable.

—Sé que con tu ex novio tuviste una muy mala experiencia, sé que te fue infiel múltiples veces. Quiero que sepas que jamás te haría daño, que nunca te faltaría el respeto de esa manera. En serio quiero hacer la diferencia en tu vida, quiero que tengas una linda experiencia conmigo. No soy como él, y jamás seré como él —menciona Ian, refiriéndose a mi doloroso pasado con un maldito mujeriego que me rompió en mil pedazos, Xavier Ashton.

—Tienes razón, y jamás te compararía con ese hijo de puta, Ian. Tú resaltas entre la multitud, eres un hombre increíble y mi respuesta es sí, quiero intentarlo contigo. Pero hagámoslo sin apresurarnos, con calma, paso a paso. Intentémoslo y avancemos solo hasta donde nos sintamos cómodos, sin hacernos daño, sin etiquetas ni presiones —le respondo, recordando el daño emocional que había sufrido en el pasado.

—Por supuesto que sí, intentémoslo. Y el día que no te sientas segura, no dudes en decirme. Aceptaré cualquier decisión que tomes, te respetaré y lo intentaré hasta donde tú decidas. Todo con calma, paso a paso. No tenemos que apresurarnos, dejemos que el tiempo decida —asegura Ian, mostrando comprensión y respeto por mi situación. Y sabes que además de cualquier cosa que seamos, siempre seré tu amigo, y eso nada ni nadie podrá cambiarlo —añade, dejando en claro que nuestra amistad seguiría siendo valiosa, sin importar qué camino tomara nuestra relación.

***

Gracias por tomarte el tiempo de leerme corazón. Quería hacerte saber que siempre estoy aquí para ti. Si alguna vez necesitas hablar con alguien, te sientes solo o tienes algo en tu mente que no te atreves a compartir con otros, no dudes en escribirme. Estaré encantada de escucharte con toda la amabilidad de mi ser. Un abrazo cariñoso. <3

MC | Complaciendo al Magnate © (21+) ¡María Cruz! (NUEVA EDICIÓN)Where stories live. Discover now