Capítulo 24.

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Ya saben el trato, mínimo 400 comentarios o duro mas tiempo sin actualizar *inserte risa malvada* buajajajajaja. 🐜✨

(...)

Hace años.

Algo que Aizawa lamentaba con su alma era haber nacido en su familia, no los culpaba de todo a ellos, pero si le hubieran dejado escoger en  donde nacer, habría elegido ser hijo de un pez, así estaría haciendo nada todo el día. Sin embargo, como la desgracia lo persigue, nació como hijo de una familia importante.

Por lo tanto fue educado para ser importante y tiene presiones sobre sus hombros, al tener que darle honor a su familia tuvo que hacer todo lo que sus antepasados hicieron, estudió, hizo su juramento, se casó y tuvo un cachorro. Lo bueno fue que encontró a alguien quien le enseñó lo que era el amor y le dio su hermoso regalo; Tamaki, quien era su único hijo, un tímido omega dominante que ya mostraba signos de una magia poderosa como debía ser.

A decir verdad, le hubiera gustado tener más hijos, pero tristemente Yamada no podía quedar más en cinta, tuvo complicaciones con su primer y único embarazo quedando infértil además, la misma Chiyo lo atendió en persona y dijo que el involucrar magia para la restauración de su vientre podría ser peligroso y menos si no se contaba con alguien que tuviera una magia específica para ese tipo de situaciones.

No hubo presiones de su parte, Aizawa sabía cuándo era el momento de sentarse y hablar las cosas, así que se la pasó una tarde entera echado en el corredor de su hogar admirando el jardín junto a su omega, consolandolo y agradeciéndole por haberle dado un hermoso cachorro, también le aseguró que con Tamaki era más que suficiente. Fue un día caluroso una vez a Yamada se le pasó la tristeza.

Ya no había esa pequeña preocupación de cuidarse y no dejar pasar los tés del día después de sus "sesiones".

Pero a pesar de las cosas buenas que tenía su vida, las que no lo eran no le dejaban duda de que hubiera sido mejor si su existencia fuera como la de un pez pequeño en el enorme océano. Y parecía que ese día sería uno de esos agotadores que le daban ganas de tirarse sobre su cama para jamás salir de ella.

—¡Waaaaa! —Tamaki lloraba a todo pulmón, ese día Shouta era quién se encargaría de su hijo ya que le estaba enseñando más del palacio, además debía de socializar con él príncipe Katsuki, no salió bien al parecer.

—No llores, golpearse mientras juegas es normal. —El alfa de cabellos negros acarició con cuidado la cabeza de su pequeño, Tamaki estaba sucio, su bello yukata que su madre le había ayudado a escoger esa mañana se volvió un desastre.

—¡P-pero no me caí! El p-príncipe K-Katsuki dijo que j-jugaramos con las pelotas temari, —El estropeado niño absorbió sus mocos de forma ruidosa y gruesas lágrimas caían de sus mejillas—, e-el príncipe las lanzó con demasiada fuerza…

Tamaki nunca olvidaría aquel rostro lleno de maldad cuando una de esas pelotas fue lanzada en su dirección dándole en la cabeza y derribándolo como un árbol seco al suelo, lo peor del caso fue que cayó sobre un charco, muchas partes del jardín tenían uno ya que había llovido el día anterior. Shouta no era una persona rencorosa, pero ya sabía cuántos libros haría que el joven príncipe se aprendiera de memoria en una semana.

—No te preocupes cariño, ya sabes que el príncipe es un enigma y ellos no pueden controlar a la primera sus fuerzas. —Shouta arrulló mientras limpiaba el rostro de su pequeño con un pañuelo—. Irás a casa por el día de hoy, cuando llegue te contaré la historia que quieras.

El niño de cinco años asintió, sintiéndose más relajado al saber que ya no tendría que ser torturado por aquel demonio al cual tenía que servirle, no sabía por qué alguien tan joven tenía que ser tan cruel. Tamaki se despidió de su padre y dejó que uno de sus criados lo llevara a casa, esperaba a que el mayor no fuera a llegar muy cansado o se sentiría mal si este le leía su cuento con un solo ojo abierto.

Jerarquía. (Katsudeku/Omegaverse)Where stories live. Discover now