Tu voz #1

Capítulo 34

Cuando frente a mis ojos aparece la casita de la señora, casi me dan ganas de abrir la puerta y saltar del coche en marcha, pero sería estúpido, incluso para mi

— Te esperaré fuera— dice mientras sale del coche mirando hacia todos lados— no tardes

Suelto tres respiraciones para tranquilizarme y salgo del vehículo. No se ve casi nada, solo una débil luz que indica la puerta.

Me tropiezo como tres veces para llegar a la puerta, antes de tocar esta se abre con suavidad, no hay nadie detrás de esta por lo que la confianza con la que vine muere de manera súbita

— ¿Señora?— la llamo entrando a la casa— ¿hay alguien?

Me detengo cuando unos ojos amarillos me observan desde una esquina. Mi sangre se hiela al ver a un lobo blanco sentado mirándome. No se parecía mucho a los hombres lobo, este era mucho más pequeño, pero daba igual de miedo.

Casi suelto un grito cuando algo pasa volando rápido sobre mi cabeza. Creo que me voy a desmayar del miedo

— Tranquila niña— cuando veo aparecer a la señora, mi alma vuelve al cuerpo— Ulfred no te va a hacer nada— se sienta en la misma silla en la que me atendió, delante de la mesa— es un lobo pacifico— lo mira— además el puede ver en tu alma ¿sabes?— esta vez observo al animal que se ha tumbado, pero aun con su mirada fija en mi— si quisieras hacerme daño, ya estarías muerta

Sin decir nada me siento en la silla y la miro. Llevaba exactamente la misma ropa que la última vez

— Tu amiga va a dar a luz—elevo las cejas con sorpresa, mi boca se abre ligeramente— puedo ver cosas niña, mas allá de lo físico—me observa por lo que parecen ser unos largos segundos— ella no sobrevivirá al parto, de eso puedes estar segura

Mi corazón se detiene al mismo tiempo que mis lágrimas empiezan a brotar otra vez

— ¿No hay ninguna manera de que viva?

— La hay—su tono de voz me provoca un escalofrío— pero todo tiene un precio niña

— No tengo dinero para pagarle—mi voz se entrecorta con cada palabra— quizás Logan pueda—me quedo en silencio al ver a la señora negando con la cabeza

— No es dinero lo que quiero—cierra los ojos asintiendo con la cabeza, como si alguien le estuviese hablando, lo que provoca que empiece a mirar por todos lados buscando alguna especie de fantasma— lo único que quiero es tu colaboración

— ¿Mi colaboración?—ladeo la cabeza confusa

— Lo entenderás cuando suceda—se pone de pie y desaparece con una puerta que está justo al lado del lobo, poco después aparece con algo entre sus manos— dale esto a tu amiga en el momento que se ponga de parto y ella vivirá—me extiende un frasco de cristal con alguna especie de líquido marrón dentro— date prisa—me pongo en pie de un salto

La miro una última vez antes de salir

— ¿Ya tenía esto preparado?—levanto el frasco levemente— sabía exactamente lo que tenía que darme

Para mi sorpresa la señora sonríe, pero no una sonrisa siniestra, más bien como si se esperara esa pregunta

— Recuerda lo que te dije, confía en tu intuición, algo me dice que es bastante buena

Pestañeo confusa antes de salir

Mi intuición es espantosa