° Dieciocho °

44 7 0
                                    

Hazel

Cuándo entro al solitario apartamento que comparto con Camille, que se había ido a visitar a su familia este fin de semana, me puse a pensar, a repasar cada momento del día, por lo que termino sonriendo a la nada como una tonta.

Sería mentira decir que los días como estos que lo paso con Aidan no me divierto. Es sencillamente entretenido estar con él, te hace reír por sus bromas o las cosas absurdas que dice. Evan asegura que Aidan pertenece a ese grupo de gente que te puede subir los ánimos en los días dónde no te sientas bien, y es algo que puedo confirmar porque una vez sin haberlo sabido, ese insoportable pelirrojo me ayudó con mi ánimo del día, haciéndome sentir mejor.

Hoy incluso cuando me puse un poco melancólica cuando vimos a los Ramírez, ese tonto supo animarme con unas cuantas palabras.

Y es que en serio Aidan puede hacerte sentir mejor en cuestión de segundos, así sea con las palabras adecuadas o te haga reír. De algún modo, lo conseguirá. 

Y no solo pienso en los momentos que pasamos esta tarde, también en nuestra rápida visita a la cafetería de los Ramírez. Por muy melancólica que me pueda poner por el recuerdo de mi hermano, me agradó verlos, algo que hace un tiempo no pasaba. También me alegró saber que Lucybell está formando su familia. Estoy segura que Hansel estaría muy feliz por ella.

Lucybell fue la novia de Hansel hace años, se conocieron cuando nosotros nos mudamos de Australia y a los pocos meses empezaron a salir. El día del accidente de mi hermano, Lucybell no había podido ir a la carrera, y se enteró al día siguiente que su novio había fallecido.

Ella fue de las pocas personas que se preocupó por mi bienestar después de la muerte de Hansel. Sí, mis padres estaban ahí conmigo, pero no tanto como Lucy.

Tiempo después, las dos aprendimos a vivir con la ausencia de Hansel. Ella conoció a alguien más y tuvo a su hijo: el pequeño Isaac, si las cosas hubieran sido diferentes, ella ahora estaría con mi hermano y ese pequeño niño sería mi sobrino.

Pero sé, que donde sea que esté mi hermano, él está feliz por Lucybell. Hansel la quería demasiado, hubiera querido lo mejor para ella siempre.

Me decidí un rato después en tomar una ducha porque aún siendo de noche, había rastros del tremendo calor de la tarde, así que me hace falta una buena ducha de agua fría. Veinte minutos después, ya estaba cambiada a mi pijama: un short blanco y una camisa del mismo color de manga larga moteada de corazones rojos. 

Tardo unos diez minutos en desenredar mi cabello húmedo. Peinarme siempre es todo un fastidio por lo largo que tengo el cabello, en más de una ocasión he querido cortarmelo porque a veces fastidia, pero no lo he hecho por varias razones:

1. Me daría un poco de sentimiento tener un masivo corte de pelo ya que desde que tengo catorce años no me he cortado el cabello más que los arreglos necesarios, y hacerlo sería como echar mi esfuerzo al caño.

2. Mis amigos no me lo permitirían.

Así de simple, ellos creen que tienen cierto dominio sobre mis decisiones, así que creen que si me dicen «no te cortes el pelo» le haré caso como un perrito obediente.

A veces me tienta tomar la tijera y hacer un corte limpio, pero me abstengo por la primera razón. Han sido largos seis años, no los echaré al caño.

En cuanto termino, suelto un suspiro de alivio y dejo caer mis brazos totalmente agotados a mis costados.

—Me gustas, cabello largo, pero me cansas también —le digo a mí reflejo.

Meneo la cabeza y tomo mi móvil antes de salir de la habitación.

En la cocina, dejo mi playlist en aleatorio y me pongo a cocinar algo para mí, que termina siendo mi clásico de spaghetti con queso, una comida que desde pequeña me a gustado. Hansel bromeaba con que yo le agregaba spaghetti al queso.

Solo Me Importas Tú [Loved #2] ✅Where stories live. Discover now