six

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- ¿Y luego qué pasó? -

- Me dijo que soñaría conmigo, me dio otro beso en la mejilla y me fui. -

Mariana y Ollie se miraron mientras tomaban de sus respectivos batidos. Spreen siguió comiendo sus nuggets de pollo hasta que un grito de Mariana hizo que se atragantara.

- ¿¡No te quedaste en su casa!? -

- ¿¡Qué mierdas te hizo pensar que se podía quedar en su casa como si nada!? - Le respondió Ollie.

- ¡No sé, quizás Juan le decía "oye mi amor, pasa a mi cama y te quito todas las penas" o algo así! -

Mientras aquellos dos discutían en un restaurante de un centro comercial como si no tuvieran a toda la gente mirándolos, Spreen miró a Carre con una expresión de cansancio. El de ojos verdes sólo dio una mordida a su hamburguesa vegetariana y se encogió de hombros.

- Bueno, ya. Si lo llego a saber no os cuento nada. - Calmó la situación el pelinegro.

- ¿Qué será lo próximo que harás? - Preguntó Ollie.

- No lo sé, puede que vaya a buscarlo y vayamos a la playa, como siempre. -

Sus tres amigos lo miraron mal y él no sabía por qué tanto drama, no es como si estuviesen teniendo una cita.

- Llévalo al autocine. - Habló Carre. - Eso es muy romántico, sale en todas las películas antiguas. -

- ¿Rob te obligó a ver Grease de nuevo? -

- Efectivamente. -

Spreen pensó en la idea. ¿Un autocine? No tenía coche aunque claro, estaba seguro de que podrían colarse de alguna manera. Sólo necesitaba poder convencer al chico de lentes para que fuera con él.

- Es una buena idea. - Todos le prestaron atención. - Pero si creéis que puedo convencer a Juan de ir conmigo a solas a ese lugar estáis locos. -

- Vamos, ni siquiera sabes lo que piensa él. -

Y encerrado en su habitación abrazando una almohada y con música a todo volumen en sus auriculares se encontraba Juan, intentando sacar a aquel pelinegro de sus pensamientos.

Recordó la primera vez que fue a su casa, oliendo a alcohol y con aquella sonrisa irónica que hacía resaltar sus colmillos un poco más marcados de lo normal. Sintió su rostro calentarse al instante.

"Creo que te visitaré más, eres divertido, gafotas."

Lo que realmente era era estúpido, y todo por su culpa.

- Oye. - Drako había entrado a su habitación, como no, sin tocar la puerta antes de pasar. - Voy a salir con Zorman, volveré a la tarde. -

Oh, Juan se había olvidado de aquello y de la extraña reacción de su mejor amigo cuando le contó sobre la cita con su hermanastro. Realmente... no le había molestado. Ambos eran igual de raros.

- Vale, pásalo bien. -

- Tú también a la madrugada. -

Una pequeña sonrisa le fue dada y Juan le lanzó el cojín que estaba abrazando, pero Drako lo esquivó cerrando la puerta rápidamente. Su cara se puso aún más roja y tuvo que ahogar un grito en su almohada.

Realmente no debería estar sintiendo eso, y menos por él.

...

Dos de la mañana. Spreen se sentía estúpido vistiendo como un "niño bueno" esperando a Juan para quedar.

Carre le había obligado a llevar puesto una camisa de manga larga de botones (a pesar del calor que haría), una corbata negra y pantalones elegantes negros también. Además, en una mano tenía un ramo de girasoles amarillos y en la otra un pequeño peluche de un oso negro con gafas de sol.

Devil By The Window ──── SpruanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora