A las cuatro de la mañana fue cuando Juan estaba frente a su casa de nuevo con un sueño increíble y unos chicos que parecían incansables detrás de él.
- Al final no vimos a tu novio, sabía que sólo nos estabas mintiendo. - Dijo Spreen. Le estaba hablando al chico de pelo castaño y ojos verdes.
- No me contestaba los mensajes, él es un chico responsable y no como nosotros. -
- Ya, claro. - Respondió Ollie, riéndose.
- Tranquilo Carre, yo sí te creo. - Juan sonrió levemente y el nombrado puso su mano en su corazón de forma dramática.
- Oh, Juan, apenas nos conocemos y tú confías más en mí que mis propios amigos. Muchas gracias. -
El de gafas se rió y es que realmente no lo había pasado tan mal con aquellos chicos. Habían ido a una tienda veinticuatro horas a comprar alcohol y habían acabado en la playa. Mientras Carre, Ollie y Mariana se bañaban en el agua, Juan decidió sentarse en la arena a reflexionar sobre lo que estaba haciendo. ¿De verdad le convenía? Tenía que pensar en la quedada con Ari al siguiente día, no debería estar con esos chicos a los que apenas conocía.
- Hey. - El pelinegro de ojos grises se sentó a su lado. - ¿Qué haces aquí todo melancólico? ¿Pensando en la novia? -
Suspiró. - ¿Tanto te importa Ari? ¿Acaso te gusta? -
- ¿Ari? No, no es mi tipo. A mí me gustan más... las que llevan gafas. - Juan bufó, casi riéndose.
- ¿Sólo eso? -
- Bueno, no sé. Creo que jamás me fijaría en alguien como ella. -
El de gafas levantó una ceja. - Bueno, es verdad que Ari a veces es algo molesta y... le gusta cuadricular mi vida. Si se entera de esto me mata. -
Spreen se recostó en la arena y miró hacia el cielo, comenzando a escuchar los problemas amorosos de Juan casi sin querer. Se había enterado de que Ari en verdad era algo controladora, le importaba demasiado su reputación y que Juan de verdad que no quería seguir estando con ella, pero él creía que era lo correcto.
- ¿"Lo correcto"? - Preguntó entonces el más alto. Juan, quién estaba recostado en la arena junto a él, asintió. - ¿Qué es lo correcto según tú? -
- Tener unas buenas notas, unos buenos amigos, unos buenos padres y una buena novia. A veces eso es imposible pero... con esfuerzo y mentiras todo se consigue. -
- Espera un momento. - Spreen se reincorporó siendo seguido por el más bajo. - ¿Prefieres mentir para hacer feliz a otros en vez de ser feliz haciendo lo que tú quieres? -
- ...dicho así suena horrible. -
- Pero es lo que es. - Se miraron por un pequeño momento a los ojos para luego mirar a los amigos del pelinegro teniendo una pelea de bolas de arena momentánea. - Escucha, entre más tiempo vivas en una mentira más infeliz serás, y lo sé por experiencia. Empieza a vivir la vida como realmente quieras vivirla, y no por lo que te digan tus padres o tu novia tóxica. -
Juan se quedó en silencio. Si todo fuera tan fácil, haría como Spreen y saldría por la noche con su único amigo a divertirse, beberían alcohol hasta altas horas de la madrugada y se quedarían contándose sus penas sentados en la playa, pero su padre controlaba todo lo que hacía y si cometía el más mínimo error sabría que las consecuencias serían fatales.
- Bueno, ¿te ayudo a subir? - El peliazul llamado Ollie se dirigió a él poniendo sus manos para que se apoyara y así subir.
Cuando ya Juan entró a su habitación por la ventana y estuvo a punto de por fin irse a dormir, un "psst" lo hizo volver. El de ojos grises estaba allí de nuevo.
YOU ARE READING
Devil By The Window ──── Spruan
FanfictionJuan era un buen chico. Notas perfectas, familia perfecta, amigos perfectos y novia perfecta; en resumen: una vida perfecta. Pero si era tan buen chico, ¿por qué había comenzado a quedar con el chico más peligroso de su instituto todas las noches de...