𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐗𝐈 ~¿𝐀𝐡𝐨𝐫𝐚 𝐞𝐫𝐞𝐬 𝐘𝐨𝐝𝐚?~

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— Oye, ¿tú cómo acabaste en la cárcel? — Dariush hace la pregunta del millón.

Miró a Gabriel, sin saber muy bien si iba a responder o no. Al final, parece decidirse a contarlo.

— Mi padre se fue cuando tenía diez años. Terminé trabajando en el supermercado en el que trabajaba mi madre. Para ayudarla con el dinero y así. Un día se fue un momento y la sustituí en la caja. — Hizo una pausa. — Estaba ayudando a un cliente y me acusó de robarle. Creo que le di mal el cambio. Muchas veces, me lío con los números, si no los veo escritos, pero él no me creyó.

<< Y se me... fue la olla. Le pegue y le partí la nariz. Despidieron a mi madre y a mi me encerraron. No fue a verme mucho al reformatorio.

— No puedes elegir a tu familia. — Dije, después de un par de minutos en silencio. — Pero si puedes formar una nueva.

Gabriel me miro.

— ¿Ahora eres Yoda?

Zhen Zhen saco una cámara de quien sabe donde y nos juntamos, haciéndonos un selfie a "la vieja usanza". Como Dariush decía.

Gabriel no dejo de mirarme hasta al menos veinte minutos después.

[...]

Había dos camas, y éramos cinco. Lo que de principio no parece un problema hasta que vemos que tres personas no entran en una sola cama.

Habíamos intentado buscar cualquier otra cosa que nos sirviese como tercera cama, pero teniendo en cuenta que la mitad de la casa no estaba nos teníamos que conformar con eso.

Zhen Zhen y yo fuimos las primeras en cambiarnos. Ambas nos encerramos en la cocina, fingiendo no escuchar lo que los chicos decían.

Uno de nosotros iba a quedarse haciendo guardia. Y como nadie quería ser el primero, tuvimos que hacer el truco de la pajita pequeña.

Lo que nos dejaba con Zhen Zhen haciendo la primera guardia y tres chicos completamente alborotados decidiendo cómo se distribuían las camas.

— ¿De verdad creen que no les oímos? — Dice Zhen Zhen entre risas.

— Con el guisante que tienen por cerebro yo no lo descartaría.

—Que quede claro, ella se queda en una cama. — Parecían haber llegado a un acuerdo.

Miro a Zhen Zhen, quien pone los ojos en blanco y después señala con la cabeza la puerta.

— Vamos a confundirlos un poco más. — Me dice, abriendo la puerta y pasando ambas a la sala.

Rodeo la primera cama y me tumbo en la segunda, mientras Zhen Zhen se acerca a la ventana que da al patio y a la carretera, donde le tocará hacer la guardia.

— Uno puede dormir conmigo. — Les digo, acomodándome como puedo y tapandome con la manta.

Los tres chicos se miran durante aproximadamente un segundo antes de correr a la cocina y cerrar la puerta.

Alzó la vista, mirando a Zhen Zhen, quien me devuelve una mirada sonriendo.

— Te lo dije; caos.

Río, incorporándome para sentarme en la cama. Zhen Zhen se acerca a mí y ambas nos quedamos en silencio, con intención de escuchar lo que pasa en esa habitación.

— ¡Espera! ¡Espera! ¡Espera! — Escucho que exclama Gabriel. — ¿Dice que uno puede acostarse con ella?

Le lanzó una mirada rara a Zhen Zhen, quien se tiene que tapar la boca para no reír en alto y que nos escuchen.

— Yo no he dicho eso. — Le susurro por lo bajo. Ella rompe a reír, otra vez.

— Has entendido mal. — Dice Pirro. Bueno, uno con cabeza.

— Ofrezco mis servicios por el bien del grupo. — Dice Dariush. Mi cara pasa de una mueca rara a una de terror. — Sobre todo porque tengo más experiencia.

— ¿En no pillar cacho? — Contraataca Gabriel.

— Uyy, como quiere tu novio dormir contigo. — Se ríe Zhen Zhen a mi lado.

— No es mi novio.

— Di lo que quieras pero entre su tonito de "ni de coña dejo que Dariush toque a Dre" y "te doy la mano cada vez que veo peligro cerca" no me puedes negar que quiere algo contigo.

Pongo los ojos en blanco y continuó escuchando.

— Ehh — Vuelve a hablar Dariush. — Es mucho mejor que la leche mangorra de tu compañero de celda. — Oh dios, creo que voy a vomitar.

— ¿Que es la leche mangorra? — Pregunta de manera inocente Pirro.

— Mejor no preguntes. — Le corta Dariush de raíz.

— ¿Y si dejamos que Gabriel y Dre duerman juntos? — Propone Pirro esta vez.

— ¿Por que él? — Vuelve a decir Dariush.

— ¡Tienen una conexión! — Dice, como si fuese lo más obvio del mundo.

— ¿A sí? — pregunta Gabriel con la voz un poco atontada.

Zhen Zhen me dedica una mirada de "te lo dije" y vuelve a prestar atención en la conversación.

— No seas un corta rollos.

— Vale, vale, bien. No te corto el rollo. Eres libre.

— Gracias. — Dice Gabriel.

Rápidamente Zhen Zhen vuelve a su puesto de vigilancia y yo me siento dándoles la espalda. 

𝑭𝒍𝒐𝒓𝒆𝒔 𝒒𝒖𝒆 𝒄𝒖𝒆𝒍𝒈𝒂𝒏 𝒃𝒐𝒄𝒂 𝒂𝒃𝒂𝒋𝒐 [𝑮𝒂𝒃𝒓𝒊𝒆𝒍 𝒙 𝑶𝑪]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora