Capítulo 13

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Capítulo con salseo incluido, leer con precaución. 

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Pasado

Liliana Valencia

Sus labios son suaves, no recordaba que fueran tan condenadamente suaves. Ha pasado mucho tiempo desde aquella noche en que le canté un bolero, y en lo que llevaba hemos hablado casi todos los días, por no decir todos; es extraño, porque hace mucho no vivía algo así, mi última relación con un hombre fue hace tanto que lo que tengo son vagos recuerdos que las épocas de enamoramiento, donde lo mínimo era que me hablara todos los días, y aun así ni eso hacía. Por eso cuando terminé con esa persona, decidí salir solo con mujeres, por el hecho de la responsabilidad afectiva y porque me aburrí de romantizar lo mínimo; no me arrepiento de nada, mi última relación fue perfecta, pero lamentablemente terminó por términos de distancia y tiempo, ella ahora se encuentra en España estudiando una maestría, mientras yo sobrevivo día con día para poder cumplir mis sueños. Pero no es tan malo, tengo amigos, tengo trabajo, aunque no es cien por ciento estable, me da para vivir medianamente bien... y tengo a Juan Pablo, aún no sé qué somos ni a dónde vamos, pero lo que llevamos hasta ahora me está gustando, y tengo la ligera sospecha de que a él también le gusta.

Sus manos se posicionan en mis caderas apretándolas mientas sus labios se funden nuevamente con los míos; desde que Martín abandonó la estancia ha pasado por mucho dos minutos, minutos los cuales he disfrutado besando los labios del hombre acá presente. Me permito disfrutar, joder, sí que lo disfruto, dejo que acaricie mis labios con los suyos, que su lengua dibuje su forma e invada mi cavidad de la forma más sensual y erótica que él se permite hacer.

Al separarnos él deja un último beso en mis labios antes de cogerme la mano y llevarme a la sala.

— No sabía que dabas clase hoy — dice una vez sentados en el sofá, me permito dejar mi bolsa a un lado de este y me giro completamente hacia él.

— Algo de último minuto, y simplemente no puedo decirle que no a doña Fabiola.

El asiente y sonríe mientras me toma por la barbilla y deja otro beso en mis labios.

— ¿Ya almorzaste? — pregunta y niego.

— Tenía pensado comer algo en el camino a la casa de Ana Carolina.

— Y... comer algo ¿Qué es?

— Algo... — contesto simple y el niega con la cabeza.

— ¿Sabías que ya estaba acá y no pensabas venir? — dice con un reproche exagerado, puesto que su mirada se ilumina cuando las palabras salen de su boca, así que solo asiento y él se toma el pecho con su mano de forma ofendida —, me parece una falta de respeto.

— No quería molestarte, ya lo sabes.

— Lila mírame — toma mi rostro y se queda ahí dos segundos exactos antes de hablar —, nunca y escucha bien, nunca vas a ser una molestia para mí.

Sonrío y él vuelve a unir nuestros labios en un beso lento y cadencioso.

— No desaprovechas oportunidad para besarme —digo al separarnos.

— Solo un tonto desaprovecharía la oportunidad de besar esos lindos labios — vuelve a besarme y al separarse me deja una caricia antes de hablar—, como bien sé que no has almorzado, te sugiero que pidamos algo de comer y veamos unas películas — sonrío mostrando que estoy de acuerdo a sus palabras a punto también de abrir la boca y hablar, pero él me lee el pensamiento —, y luego de pasar mi tarde contigo, voy a dejarte donde Ana Carolina.

MI HECHIZO - J.P VillamilWhere stories live. Discover now