—Estoy enamorado de ti, Jungsuk —aclaró con una pequeña sonrisa, observando cómo sus facciones se iban relajando—. Tú me enloqueces en todos los sentidos —Jungsuk juntó sus labios, succionando los pomposos y rosados de él antes de introducir su lengua. Un beso húmedo, como necesitado—. ¿Y tú piensas en ella? —preguntó sobre sus labios—. ¿La extrañas?

Jungsuk no pudo evitar estremecerse al escucharlo, más por lo profunda que había salido su voz. Empezó a recordar cuándo follaba con Haesun, la humedad de hacerlo, la manera en que lo marcaba, su cuerpo retorciéndose de placer, cómo gritaba pidiéndole más. Pero ahora pensaba en que eso había sido completamente reemplazado.

Jimin era muchísimo mejor que Haesun.

Sentía que él lo enloquecía más, la manera en la que su interior apretaba y succionaba su miembro. No se podría cansar nunca de eso.
Hasta su calor se volvía demasiado, lo que hacía aumentar sus movimientos, cegándose por el placer insoportable que se provocaban.

—Nada se compara a follar contigo, cariño —confesó sobre sus labios, juntándolos por un momento hasta que mordió el inferior.

—¿Si estuviera aquí me elegirías? —preguntó inseguro conectando sus miradas, sintiendo cómo este se tensaba.

—Eso no es posible, Jimin.

—¿A-A qué te refieres?

Las caderas de Jungsuk, chocando contra las suyas ya comenzaban a provocarle dolor. El pelinegro ya no estaba teniendo reparo, lo tomaba con fuerza de las caderas, embistiéndolo con una brusquedad que se sentía demasiado bien para él.

—A que ella ya no está aquí —jadeó en su oreja, sin pensar, pero Jimin tampoco parecía hacerlo al gemir.

—¿No lo está? —inquirió repartiendo besos húmedos en su cuello, por lo que este inclinó la cabeza hacia un lado para darle más acceso, disfrutando más que nada el sentir sus labios húmedos y gruesos, la manera en la que recorría su cuello con la lengua.

—No. Es imposible que lo esté, cariño.

—¿Estás seguro de eso? —tiró de su cabello, para así verlo, por lo que este mordió su labio inferior, cerrando los ojos por un momento intentando pensar con claridad y no concentrarse en el interior de Jimin.

—Oh, ¡no puedo más, Jimin! —exclamó echando su cabeza hacia atrás mientras jadeaba, pero este lo tomó de la barbilla para que volviera a mirarlo.

—Responde.

—¡Lo juro! —habló rápidamente, y Jimin se aferró a él con fuerza, gimiendo más alto y agudo.

—¿Qué quieres decir? —preguntó entrecortado.

—Te amo, Jimin.

Este sonrió sobre sobre sus labios, olvidándose de todo por completo, para luego juntarlos en un beso descuidado y húmedo, mientras que Jungsuk al darse cuenta de lo cerca que estaba, lo agarró más fuerte sus caderas. Lo sujetaba empezando a moverse más rápido, Jimin gritando de placer por la manera en la que golpeaba con fuerza su interior, fue el primero en correrse con un largo y alto gemido, sintiendo cómo a su cuerpo lo recorrían espasmos de placer mientras que Jungsuk seguía embistiéndolo.

Seguir teniéndolo dentro suyo después de la manera en la que le hizo acabar era demasiado para el joven rubio, pues sentía que iba a romperlo.

SECRETOS ENTRE LOS TRILLIZOS JEON | FINALIZADAWhere stories live. Discover now