24.- Profecia

5.4K 330 55
                                    

Pov Tu

¿En que momento había pasado que en vez de estar en la arena con Nico, nos encontrábamos en el bosque besándonos?

No tenía ni la menor idea pero tampoco es que me importara. 

Besarlo era la sensación más asombrosa de todas, se sentía tan bien, como si todo mi ser hubiera estado esperando por este momento desde siempre, como si hubiéramos estado destinados a pasar por esto desde el principio. La sensación de reconocimiento de nuestras almas se peleaba junto con la sensación de cuando tengo una conexión con el agua, ambas queriendo ganar el primer lugar de lo mejor que había experimentado en mi vida.

Quizá suene estúpido decir que me siento terriblemente enamorada de él cuando no llevamos mucho tiempo conociéndonos ni mucho menos tiempo de estar juntos, somos nada y podría decirse que una insignificancia si nos comparaba con Annabeth y Percy.

Quizá suene ridículo y patético también el hecho de que no quería relacionarme con alguien a este punto, más específicamente, con Nico pues no quería lastimar a nadie y mucho menos a él quien ya ha sufrido bastante en su corta vida pero, aunque lo intenté, de verdad intenté no sentir nada por él; era inevitable, como si fuéramos dos imanes que por más que mantengas separados al final se volverán a unir una y otra vez.

Destino. Así es como suelen llamar a este tipo de situaciones, así es justo como se sentía estar con él, no encontraba otra palabra que pudiera encajar con nosotros.

Cruzamos el campo de fresas y el olor dulce invadió rápidamente mis fosas nasales plantándose profundamente hasta llegar a mis pulmones, el olor era delicioso y como acto de reflejo, mi estomago rugió, no pude evitar ponerme colorada por el sonido; en ese momento sentí la mirada de Nico sobre mi.

Nico: ¿Acaso eso fue tu estomago? -enarco una ceja mientras fruncía el ceño.

Tu: Puede ser -dije lentamente, el color rojo seguía tiñendo mi rostro.

Nico: ¡Por Hades! -exclamo con una risa- Se que no debería impresionarme que seas como Percy en ese aspecto pero el ruido se compara fácilmente con el ruido de un monstruo -le solté la mano un poco con brusquedad y me cruce de brazos mientras el seguía riendo.

Tu: ¡Oh, vamos! Como si tu no tuvieras hambre.

Nico: De hecho, no -sonrió burlón- no hace mucho que acabamos de almorzar. Y, aunque tuviera, mi estomago nunca hace ruidos como ese -señalo con su cara mi estomago.

Tu: ¡Eres un odioso, di Angelo! -solté enojada y con la cara aun llena de vergüenza por su comentario.

Xxx: ¿Están peleando de nuevo? ¿No pueden estar en paz un segundo? -pregunto la voz de una tercera persona, casi rogando.

En ese momento me di cuenta de que habíamos llegado a la entrada del campamento, cerca del arco que daba la bienvenida. Había muchos campistas, en realidad demasiados, los colores naranja y morado iban y venían de un lugar a otro con chicos que tenían sonrisas alegres.

Nico: En mi defensa, el estomago de ______ comenzó -dijo encogiéndose de hombros.

La respuesta de di Angelo había confundido claramente a mi hermano pero su rostro desconcertado no duro demasiado ya que diferentes campistas con playeras moradas comenzaron a saludarlo y fue entonces mientras Percy me  presentaba a sus amigos del campamento Júpiter que entendí el plan del hijo de Hades.

Minutos antes estábamos muy acaramelados y eso nos había dejado embelesados y aturdidos, o al menos a mi. Ademas de haber estado agarrados de la mano, así que para que nadie sospechara que había "algo" entre nosotros, llevo a cabo la escena en que se burlaba de mi estomago hambriento para bajar la intensidad de hace unos minutos en ambos.

La oscuridad bajo el mar (Nico di Angelo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora