Capítulo 2

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El reino Atlert, fue invitado a una cena real en el reino Jeager, Historia no tenía ánimos para ir así que Armin tomaría su lugar... estaba acostumbrado a todo ese protocolo... cuando llegó al gran castillo de los Jeager se dispuso a observar cada minúsculo detalle... hasta que la reunión comenzó, siguió las reglas de cortesía y posteriormente se perdió en la grandeza del palacio.

Armin realmente no se sentía cómodo por alguna razón, estaba aburrido encerrado, quería salir al pueblo, pero sería peligroso después de todo sus acciones fueron sospechosas la ultima vez... así que optó mejor por buscar algun lugar al aire libre, sigilosamente buscó perderse entre la multitud, pero no se percató de la atención que Eren tenía hacia su persona, por alguna razón le tenía en la mira desde hace un tiempo, cuando la princesa se escabulló la siguió con la vista sigilosamente, hasta que se perdió en un pasillo, la siguió m se percató que la princesa Arlert estaba en el jardín, bajo la luz de la luna y las luces de los faroles estratégicamente colocados que acompañaban a las solitarias plantas, las cuales el jardinero se encargaba de mantenerlas siempre florecientes y olorosas, a lo que la princesa del Reino Arlert le llamó la atención la variedad de flora que tenía, así admiró la belleza del lugar y la tranquilidad del viento.

Sin pensarlo, se adentró al bello y gran jardín en donde las flores se encontraban en todas partes del lugar, como fuerte de la vista se encontraba una fuente, el cual el sonido era relajante y poseía bancas ornamentadas para que la nobleza se sentara y se relajará, sin embargo Armin no se limitó a lo que le ofrecían a simple vista, sin ningún pudor ni preocupación de ser visto se colocó de cuclillas y aprecio las flores que se encontraban en aquel lugar, las tocaba delicadamente y perdía aquella bella mirada celeste, en la pequeña e insignificante flor...

Eren al percatarse de como la princesa tocaba y sonreía ante la flor, permaneció viendo la hermosa escena un par de segundos más, luego decidió ir y entablar una conversación con aquella bella damisela.

Armin se perdía en la naturaleza, al igual de cuando se perdía leyendo en los libros, así que no se percato de aquellos pasos firmes que se acercaban, hasta que una mano se interpuso entre el pequeño mundo de la pequeña flor y Armin, de repente sin piedad ni delicadeza fue arrancada violentamente de su espacio con la raíz y la tierra.

Armin abrió los ojos, y las pupilas se fueron contrayendo, mientras miraba en cámara lenta como a aquella flor le era arrebatada parte de vida y pensaba en las oportunidades, que ya no existían para aquella flor. Giró su cabeza en dirección al dueño de aquella mano y escuchó que le decía:

—Por qué no la toma y ya, no tiene que pensarlo como idiota, sin ofender—

Armin se exaltó, aquellas frías palabras provenían del príncipe Jeager, aquel principe impulsivo y malcriado que era famoso por la forma en que se metía en problemas cada vez que podía, Armin creía que podría lidiar con todo cuando salía de su hogar, pero ese príncipe entorpecia sus planes. Al ver como aquella vida era arrancada abruptamente no lo toleró, se levantó del suelo y se dirigió al príncipe.

—¿Qué cree que está haciendo?, Veo que tampoco le enseñaron modales para comportarse con la naturaleza, sin ofender alteza.— esbozó con pequeños tonos de sarcasmo la princesa Arlert.

Eren arrugó la frente ante claro enfado con el comentario que le dirigió, ¿Cómo se atrevía a hablarle de esa forma? Si solo quería darle la flor que sabía que le había gustado, que complicado era llevarse bien con el resto de personas... era cansado... siempre era lo mismo.
Empuñó su mano destruyendo la pequeña flor que tenía intención de regalarla a la princesa.

—Una princesa nunca debe estar de cuclillas así que aquella que no fue dotada de maneras correctas, es otra persona ¿No lo cree?—

Eren miró atentantamente el rostro de la princesa, esperando su respuesta de enfado para que lo dejara solo, para reflexionar porque había cometido la estupidez de hablarle. Pero solo consiguió confundirse más cuando vio el rostro de la princesa, aquella respiró un par de veces y después dijo.

El Reino de la LibertadWhere stories live. Discover now