XII- Enfermedad

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Lunes 15 de Julio de 1998:

Edward caminaba apresuradamente por el banco mágico de Gran Bretaña, atrás de él cuatro custodios lo acompañaban. Cualquiera pensaría que estar con personas que le soplan la nuca todo el tiempo sería incómodo e insoportable, pero él ya estaba acostumbrado, lo había estado desde pequeño; pues su padre había sido alguien muy estricto con la seguridad de cada miembro de la familia.

La gente a su alrededor lo miraba con la boca abierta, pues todo su cuerpo gritaba dinero y poder, no le dio importancia y siguió caminando hasta llegar a su destino, el cual era la oficina del gerente Goblin; pues ser el rey de Gran Bretaña mágico tenía sus beneficios.

Tocó la puerta suavemente y esperó pacientemente el 'pase'. Cuando le dieron ingresó con una sonrisa radiante.

-Oh Breakout, mis sinceros saludos- Saludó Edward encantado de ver a su viejo amigo.

-Alteza Edward Sperkets Windsor- El goblin se paró de su silla, hizo una reverencia y luego estrechó la mano con Edward- ¿Qué lo trae por aquí?- Preguntó cuando ambos estaban sentados.

-Necesito tu ayuda en algunos temas- Contestó Edward con simpleza y mostrándole el libro viejo y negro que había hallado en la biblioteca.

-Te escucho- Respondió Breakout entrelazando los dedos y listo para escuchar lo que su majestad tuviese que decir.

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-Blaise eres un tramposo- Harry le reprochó a su hermano mayor, pues era la quinta partida de carreras que jugaban en los videojuegos y el menor de los Prince perdía.

-Oye no es mi culpa que no sepas jugar Harry, o mejor dicho que juegues mal y siempre te gane- Dijo Blaise cruzando la meta nuevamente en el puesto número uno y mirando a su hermano más pequeño con una sonrisa burlona.

-Pero tú eres un tramposo, siempre chocas mi coche - Harry hizo un puchero perceptible y de la nada ya estaba angustiado, pues desde que se enteró de que era un doncel, sus emociones subían y bajaban como una montaña rusa, todos lo habían felicitado por poseer tal don, pero no era algo que él pudiese controlar, las hormonas que contenía tal condición eran insoportables.

-Por Merlín Harry, solo era una broma, deja de llorar- Blaise trato de calmar a su hermano en vano, ya que este lloraba más y más fuerte sin poder calmarse. -Harry cálmate, eres más llorón que Myrtle la llorona- Dijo Blaise en broma, pero lo único que logró es que su hermano lloraba un poquito más fuerte.

Thomas estaba en su despacho cuando escuchó a Harry llorar escandalosamente; caminó rápidamente hacia la sala de videojuegos y vio a Blaise tratando de abrazar a Harry para calmarlo, pero el menor prácticamente huía de sus brazos.

-¿Qué pasa aquí?- La voz de Thomas sonó en la habitación, logrando que su hijo mayor suspiró de alivio y que el menor corriera a sus brazos

-Papá, me dijo que soy más llorón que Myrtle la llorona- Harry se abrazó a Thomas como si Blaise lo fuese a matar.

-¡Blaise!- Thomas miró a su hijo mayor como diciendo "Cómo le vas a decir eso estúpido"; Blaise captó la indirecta de inmediato y solo sonrió de medio lado frunciendo los hombros

-Harry hijo, cálmate, tranquilo pequeño; Blaise lo dijo en broma, no era en serio ¿Verdad Blaise?- Thomas miró nuevamente al mayor de sus dos hijos.

-Fue una broma Harry por favor, ya no llores- Blaise se sentía un poco culpable de que su hermano llorara por una bromita pequeña, pero a Harry le parecía una de las tragedias más dramáticas de su vida, y eso complicaba cualquier situación. Harry no logró calmarse, de hecho desde que se había despertado se había sentido un poco mal, lo adjudicó a los cambios hormonales por los que estaba pasando, pero no creía que el dolor de cabeza que tuvo desde la mañana tuviese que ver con eso ahora que lo pensaba.

Meilė AzkabaneWhere stories live. Discover now