(Historia ambientada en la actualidad)
—Estoy realmente cansado... —Roger coloco sus manos a su rostro.
—Bueno, tomemos un descanso, podremos comer algo ¿Te parece si vamos a la cafetería de tu hermana? — Brian ayudo a que el rubio se levantará de su asiento.
—Esta bien, pero... Ahg, mis piernas —Se quejo — Necesito ayuda — Dijo.
—Esta bien — Brian lo cargo como una princesa.
—Que haces?! —Roger se impacto.
—Te ayudo blondo — Acomodo a el ojiazul —No es eso lo que querías? Otra opción no había, ahora si me lo permites llamaré a John y a Freddie — Aclaro la garganta —Chicos! Vengan, nos vamos a comer algo! —Los llamo.
—Bueno darling, Brian nos llama será mejor ir ya — Freddie lo guió.
Roger estaba completamente rojo.
—Y esto? — Freddie levanto una ceja — Que sucede? — Se les acercó.
—Solo lo ayudo, tiene un dolor en las piernas por el cansancio —Dijo Brian.
—Um, esta bien — Se alejo.
Fueron hacia la cafetería, ya casi anochecia.
—Bien, te bajare —Brian con cuidado lo bajo a una silla del lugar.
— Hola chicos! —Clare se acercó a ellos —Veo que están cansados ¿Les parece algo dulce para tomar energía? —Saco la libreta de el bolsillo de su mandil.
—Si, es perfecto — Brian tomo la palabra —Trainos píe de manzana y cuatro capuchinos dobles — Sonrió.
Clare anotó todo y agradeció para luego ayudar en la preparación.
—Y queridos dentro de dos dias será el gran día ¿Como se sienten? —Pregunto Freddie, refiriéndose a John y Roger.
—Pues nada fuera de lo normal ¿Verdad Roger? — Lo vio.
Roger tenía la mirada clavada en el piso, las manos le temblaban y una pequeña gota de sudor cayó por su sien.
—Roger ¿Estas bien? — Brian le pregunto pero no respondió.
Si bien el ojiazul había participado varias veces en concursos incluyendo las olimpiadas, estaba muriendo de desesperación por dentro. Tenía un objetivo, y fallar era lo que menos quería, no cuando Brian lo había estado ayudando tanto como pudo.
—Esperenlo un momento, aveces ni yo lo entiendo —Dijo John.
—Bueno demosle su tiempo, mientras tanto...—Se acomodo— Deacy, te dijeron que aveces pareces un pequeño ángel? — Freddie se le acercó peligrosamente.
—Ehh... No? —Respondió Deacy sin moverse un solo milímetro.
—Por Dios, Freddie —Brian estaba un poco avergonzado.
Roger seguía en su mundo cuando la presentadora de las noticias comenzó a hablar.
—Y bueno, dentro de solo dos días comienza la gran jornada de patinaje en nuestro país, donde vendrán patinadores de talla y aquí venimos a decirles algunos de los nombres más sonados de estos últimos días.
