Brian:
Viajar es una de las tantas cosas que me agradan, y si es fuera del país es aún mejor.
Recorrí varios pueblos y ciudades, viendome en la necesidad de conocer el mundo completo. Mi dinero no es de suma importancia, así tenga que viajar en un camion, es mas que claro que mi aventura no se verá arruinada.
El amor? Hace mucho tiempo que no lo siento, me desilusionó aquella mujer que ame con mi alma, Anita Dobson, tan hermosa como dolorosa, y el único escape que encontré para no pensar en ella, fue viajar a través del mundo, buscando que mi corazón destrozado, se reparará con solo ver el paisaje de todo lo que conocería.
Mi próxima travesía seria en Perú. Escuche maravillas de aquellos que viajaron a ese lugar y me atreví a sacar el vuelo que me llevaría a Lima.
Pronto llegue, el entusiasmo recorría mis venas. Así es, ya había llegado a mi destino, el avión ya había aterrizado.
Baje y busque el pasaje hacia Cusco, otro lugar interesante que ya tenía planeado en mi itinerario.
Volví a abordar otro avión hacia aquel lugar elegido. Llegué y sentí el frío viento de la mañana.
Dejé mis cosas en un hotel decente, valla que habían turistas como yo y eso que apenas el día comenzaba.
Desde el momento en el que llegué, el paisaje lleno de montañas y los árboles me encantaron. Llegué a la plaza de armas, la guía turística me llevó hasta la primera parada. Pará suerte mía y los demás que acompañaban el viaje, algunas danzas de aquella magnífica ciudad justo se presentaban, tenían magia y esencia, lo que me llamó la atención fue la vestimenta, la música y sobre todo un joven de cabellos rubios que era guiado por los bailarines hacia el centro de la pista.
Él bailaba, aunque no sabía cómo, otros también entraron, pero nadie era como ese chico de cabello dorado. Tomé varias fotos, la gente era amable y alegre. Dios, Cusco era perfecto y ese muchacho... También lo es.
Y así terminó todo, ese chico salió de ahí, mientras agradecía y reía, me acerque dispuesto a saludarlo.
-Hola - Le dije.
-Hola - Me respondió con una sonrisa y ahí fue cuando distinguí sus orbez, eran azules.
-Vi que bailaste con ellos - Apunte a los bailarines que yacían agrupados en un lugar mientras bebian agua.
-Ah! Si, Dios, muero de la vergüenza y de calor también -Hablo con agotamiento.
Reí un poco - Cuál es tu nombre? -Le dije, valla que soy directo.
-Me llamo Roger... Roger Taylor, un gusto - Me extendió su mano y yo la tome.
-Un placer, yo soy Brian May - También le dije mi nombre.
-Bueno, yo me tengo que ir, hasta que el destino nos vuelva a encontrar - Se dio media vuelta y yo lo tome de la muñeca.
Narración omnipresente :
Roger se estremeció y se volteo a ver al joven de cabellos rizado.
