Capitulo 47: ¿Y Donde Estan los Dioses?

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Ansiosa.

Apoyada contra el marco de un gran ventanal, de brazos cruzados, solté un largo suspiro mientras observaba a Seren concentrado mientras leía lo que quedaba de aquellas destrozadas cartas.

Sentado en lo que parecía un muy acogedor sillón de terciopelo bordo, no pude evitar pensar que en realidad  cuando estaba concentrado en algo, parecía mucho más maduro.

<<A veces, olvido que ese imbecil de diecinueve años, es el maestro de la torre...>>

O lo era hasta no hace mucho.

Sin darme cuenta, mis ojos se posaron en la larga silueta de Seren. Con las piernas cruzadas, daba la impresión de ser bastante alto. Aun llevaba puesta la ropa de hoy, con la diferencia que los primero botones de su camisa, estaban levemente desabotonados, como si hubiera tenido un día agotador.

Curiosamente, la bola de pelo en su regazo, la cual estaba profundamente dormida, tambien parecía venir de un largo día. Esta solo ronroneaba levemente cuando Seren la acariciaba.

Supe entonces donde había estado todo el día.

<<Al parecer lo extrañaba.>>

Aun asi, estaba segura que si había estado pegado a Seren, sin duda no se  había aburrido un segundo.

Después de nuestro encuentro con los hermanos Imperlux, Lumine me guió por su ala, no solo dándome un recorrido, sino también, haciendo tiempo.

Una parte de mi, me decía que en realidad todo se debía a que esperaba que al llegar, Asmed ya se hubiera llevado a Seren.

Aun así, tan rapido capte su olor, comencé a seguirlo enérgicamente, pues de caso contrario, seguiría viendo habitaciones vacías con Lumine.

Al llegar, note que el lugar donde lo habian escondido, no era ni mas ni menos que un pequeño despacho que al parecer, le habian otorgado a Seren para usarlo de jaula.

Si bien el lugar era acogedor, y se encontraba repleto de libros, dudaba que pudieran mantener a Seren encerrado e interesado por mucho tiempo.

Y lo sabían muy bien, por eso lo llevaron de aquí para allá sin miramientos.

Al llegar al despacho, solo encontré a Asmed y Seren en un completo silencio, tal era la tensión, que pensé podría desgarrarla con mis garras.

Aunque pregunte, ninguno dijo ni una sola palabra.

Si bien parecían llevarse como perro y gato, era curioso ver como se ponían de acuerdo para esconderme las cosas.

<<Nunca sabre de que demonios estaban hablando...>>

Aun así, Lumine solo de burlo de ambos exigiendo que los dos se vayan a un calusoro lugar bajo tierra.

Por suerte, pude echar a Lumine y Asmed antes de que los tres comenzaran una pelea.

En realidad, pensándolo con cuidado, los tres me habían caído mal la primera vez que los vi.

No entendía como siendo igual de arrogantes, no podían convivir en una habitación sin pelear como niños pequeños.

Cansada de sus discusiones y con migraña, les explique que había un asunto urgente que debía tratar con Seren. Asmed quien vio las cartas en mi mano, supo de inmediato de que se trataba y me ayudo.

Aunque su mirada me indicó que tendría que darle explicaciones, simplemente le dijo a Lumine tenía que hablar con Azmerel y él debía estar presente.

¡Salvare a la Rosa de Marchitarse!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora