Capitulo 30: Historia Rota.

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Luz.

Fue la cálida luz del sol la que golpeo suavemente mi rostro e hizo que mis párpados se abrieran lentamente ante su toque.

Intente tapar con mi mano algunos de los rayos solares que me impedían ver.

<<Aun es muy temprano...>>

Senti una leve presión sobre mi cabeza. Cuando acerque mi mano para ver de que se trataba, no me sorprendió sentir un suave y mullido pelaje bajo esta.

Al parecer, la bola de pelos estaba durmiendo sobre mi cabeza.

—¿Como llegaste alli?—Pregunté con la voz aun un poco ronca por el sueño, mientras me reincorporaba y lo colocaba sobre mi regazo.

El solo sacudió sus alas en respuesta y volvió a hacerse un ovillo sobre mis piernas.

Estire un poco mis brazos.

—Parece que tu tambien dormiste bien.

A pesar de que mis dias eran mas que agitados ultimamente, realmente agradecía cuando podía tener un pequeño momento de paz antes de volver a la realidad.

La luz matutina y el cálido ambiente en el que me despertaba envuelta, junto con el aroma de la primavera, era sin duda algo nuevo.

Una parte de la vida que jamás había experimentado.

<<Es tan distinto...>>

En el pasado, solo existían mañanas llenas de húmedad para mi.

Paredes lugrubres y habitaciones completamente ahogadas en una pesada y densa soledad.

Lugares donde los nítidos rayos de luz jamás habían alcanzado a tocar.

Pues era un territorio de sombras y hielo.

<<Aún así, parece que fue hace mucho, mucho tiempo.>>

Quizás esa sea la razón por la que consideraba que sin duda alguna, aquellos pequeños instantes de paz que encontraba aquí, eran simplemente lujos.

Trozos de vida a los que anhelaba aferrarme.

Suspire mientras acariciaba a la bola de pelos, lentamente mire a mi alrededor.

<<Realmente es una mañana muy tranquila.>>

Cerre mis ojos y traté de hundirme en aquella embriagante sensación.

.

..

...

TOC. TOC.

—¡Nei, abre la puerta!—La voz de Anne resono por el cuarto, quebrando el comodo silencio en el que me encontraba.

...

—... Fue bueno mientras duro.

Rápidamente me levante de la cama, y me dirigí hacia el armario para tomar un abrigo, pues aun seguia en camison.

La bola de pelos observaba cada uno de mis movimientos con una mirada perezosa desde la cama, por un segundo, la idea de volver a dormir y fingir que no había escuchado nada me pareció tentadora.

Ignorando aquel pensamiento, finalmente me acerque a la puerta.

Al abrirla, Anne entro sin dudarlo, vistiendo sus elegantes ropas nuevas y una actitud muy animada a estas horas de la mañana.

—... Buenos dias a ti tambien.—Dije cerrando la puerta.

Ella me miro sorprendida.

—¿Aun no te has levantado? ¡Vamos, tenemos un dia agitado hoy!

¡Salvare a la Rosa de Marchitarse!Where stories live. Discover now