─ ¿Por qué ella sí lo deja a él y tú no a mí? ─ refunfuñó Hiccup mirando a la pelirroja, ella rió, lo sujetó bruscamente y le plantó un beso. Hiccup casi se cae del brusco movimiento, en realidad estaba colgando de las manos de ella pero no le dio importancia hasta que cayó de sentón al suelo cuando lo soltó.

─ Mucho mejor.

Los chicos continuaban peleando, Chimuelo era como una sombra negra, grande y borrosa en el cielo, con su jinete que apenas se notaba volando a una gran velocidad.
─  Es tu turno, compañero. ─ le dio una palmada a su lomo antes de quitar un arnés en su cinturón para no caer y saltó al suelo con un rápido movimiento. Desenvainó su espada, y apretó un botón que se hallaba en el mango prendiéndolo fuego, con ella luchó para llegar con sus amigos.
El gran cuarteto era increíble luchando juntos, por eso eran conocidos como Los Cuatro Grandes. Todos parecían estar hechos para esto, literalmente. Hiccup les explicó en breve cómo realizar la maniobra de Jack mientras destruían pesadillas.
─ ¡Jack, prepara la nieve! ─ le gritó el castaño.
─ A la orden. ─ hizo un chistoso saludo militar sacando pecho antes de irse volando.
─  ¡Mérida reúne a todos abajo de Jack. Yo y Punzie nos encargaremos de que todo salga bien! ─  ordenó.
Dicho esto se separaron.
Mérida corrió como un rayo, de esa forma que sólo ella sabe hacer, a veces hasta le era gracioso ver a todos en cámara lenta, pero no era el momento. Solía hacerlo cuando Jack jugaba una broma, a ella era difícil por su poder, pero cuando lo hacía a otra persona se ponía a girar y veía las reacciones. Siempre fue muy gracioso. Comenzó a luchar, pero no a matar, para atraer la atención. Corrió algo lento para ser ella pero sólo para ser perceptible ante las pesadillas, que quisieron seguirla en masas para atraparla. Sonrió con diversión, obviamente esto parecía un juego de niños. Tal vez Jack le este pegando su comportamiento de niño.
─ Atrápenme, si pueden. ─ dijo más para desafiarse a ella misma, ya que las pesadillas no estaban realmente conscientes.
Atrajo a uno de los grandes osos que cargaban otros seres para que la sigan, mientras ella zigzagueaba entre las pesadillas y apuntaba con su arco y flecha a patas, muslos y espaldas, lugares que no mataban, pero si cobraban venganza.
Mientras tanto Rapunzel e Hiccup corrieron mientras se defendían de las pesadillas hasta los Guardianes. No fue tan necesario luchar porque Mérida los apartaba del camino, atrayéndolos, por lo que fueron hasta ellos. Hiccup estaba algo preocupado por la pelirroja, sabía que era difícil atraparla, pero la cantidad de enemigos que tenía detrás persiguiéndola lo ponía nervioso y trataba de apurarse.
Punzie también estaba igual, no sólo por Mer, sino por Jack, lo había visto girar en círculos en el cielo conteniendo una gran cantidad de nieve, y temía que mientras se encargaba de ello lo ataquen y lastimen. El chico estaba absorto en mantener flotando la pesada nieve, pero obviamente cada vez que creaba más le era más complicado sostenerla en el aire por lo que cada vez se concentraba más en ello y no en las pesadillas, que además Mérida atraía.
Se concentraron  en llevar a los demás Guardianes lejos, de paso ayudando a arrastrar a algunas pesadillas hasta la trampa, pero en medio de toda la pelea se oyó un ruido ensordecedor. Era como un chillido insoportable, todos, incluyendo a las pesadillas, dejaron un segundo de hacer lo que hacían, a excepción de Jack, que trataba de ver qué pasaba mientras sostenía el montículo de nieve.
Luego de ese estruendo pasó algo muy raro, el suelo, las paredes, toda la estructura del templo temblaron. La luz que despedía se fue apagando poco a poco como si tuviera un foco de luz dentro que se consumió de repente, definitivamente eso no podía significar nada bueno. La luz mágica y blanquecina desapareció, el paisaje se volvió más opaco y parecía como si el templo hubiera perdido vitalidad.
─ ¿Que sucede? ─ preguntó Rapunzel mirando a sus compañeros.
─ La luz... ha sido bloqueada ─ contestó Norte, en sus ojos se veía la preocupación y eso sólo los alertó más.
Pero eso no era todo, las pesadillas se fortalecieron de las sombras que se crearon, como si les diese fuerzas. No pudieron pensar mucho cuando volvieron a la pelea, sólo que más complicada.
Jack continuaba trabajando en generar nieve, ya se estaba cansando un poco, ya que parte de su energía se iba en esos rayos, pero siguió, hasta que al final logró juntar lo suficiente.
─ ¡Listo! ─ gritó y se tomó un tiempo para tomar aire.
Mérida miró hacia arriba, para no hacerlo esperar comenzó a destruir a las pesadillas fuera de la línea de caída, y Punzie y Hiccup se le unieron al instante.
─ ¡Ya! ─ gritó Hiccup apurado, porque las pesadillas se habían acumulado y desean atacar.
─ ¡Fuera abajo! ─ obviamente no podía faltar el comentario del peliblanco antes de dejar caer el gran montículo de nieve.
No cayó como una nevada común de invierno, fue más bien como una avalancha, sólo que más directa e impredecible. La nieve enterró a las pesadillas, aunque algunas sobresalían. El chico voló alrededor tocando con su cayado la superficie, esto hacía que se congelase y que no pudieran salir. Las pesadillas quedaron encerradas pero no se dieron cuenta de un detalle; los Guardianes habían quedado del lado de afuera, mientras que Los Cuatro Grandes del otro.
─ ¡Chicos! ─ gritó Rapunzel al notarlo.
─ ¡Váyanse, salven la luz, nosotros nos encargamos de las pesadillas! ─ gritó Conejo de vuelta.
Jack aterrizó respirando agitadamente hasta ellos, los miró a todos apoyándose unos segundos en su vara de madera, en serio que costaba hacer ese gran montículo.
─ Hay que apurarnos, esta cosa no dudará para siempre, ellos pueden detenerlos y darnos tiempo. ─ dijo, asintieron, preparándose para penetrar al templo de una vez por todas.
Se adentraron al templo, era mucho más oscuro sin esa luz que se filtraba por sus orificios, además de que era muy grande y espacioso. Entraron por una gran puerta con pinturas finas talladas, llegando a un pasillo que se habría en dos caminos; a la izquierda, que veían muchas habitaciones, y a la derecha, que se veía un simple pasillo que daba a algo desconocido. No tenían ni idea de hacia dónde debían ir, pero no querían separarse.
Al final tuvieron que hacerlo, dividiéndose en Hiccup y Mérida, que se fueron por el pasillo de las habitaciones, y Rapunzel y Jack, que fueron por el pasillo contrario.
Debían encontrar la manera de salvar el mundo.

The Big Four: LegendaryWhere stories live. Discover now