Chanlix Omegaverse.

Comienzo...

Estaba comiendo feliz en un restaurante, la comida estaba deliciosa, disfrutaba cada bocado vaya, no tenía idea que la comida australiana era tan rica.

Me distraje al ver a un hermoso camarero de cabello castaño con ropa holgada, con una sonrisa encantadora, yo también viví en Australia, pero solo 10 años el resto la pase en Corea, nunca olvide mi acento, siempre lo práctico y cuándo Félix llegó a veces sin querer terminábamos teniendo una que otra conversación en inglés.

Es hermoso, pero no me detendré a hablarle, no tengo ánimos para conocer a gente nueva, pero no tengo donde alojarme hoy y no me vendría mal un poco de sexo junto con un día de alojamiento, si es buena idea es un ganar, ganar, pero, ¿cómo le coqueteo para terminar en su cama?

Hey, ¿eres extranjero?

Sí, lo soy -- le hice mi mejor sonrisa y me acomodé coquetamente vi que le gustó--

¿Y qué te trae por aquí?

Bueno, vengo aquí por razones personales, pero no tengo donde quedarme-- lo mire y puchere odiaba lo que estaba haciendo, pero no me quedaba de otra si quería acostarme en una cómoda cama y no pagar una fortuna por una noche--

Que lástima, sabes yo vivo, solo puedes quedarte hoy en mi casa, pero con una condición-- sonreí y acaricie su mano--

Muchas gracias, haré lo que quieras, pero, ¿te importa si llevó mis cosas?

No, no te preocupes, pero tienes que esperar a que termine mi turno y luego nos vamos a mi casa.

Claro, no tengo problemas, te esperaré hermosura-- le guiñé un ojo y sonrió--

El camarero se fue, pero no dejaba de cuestionarme, de verdad se veía feliz y de una vida que parecía ser muy cliché.

Espere un buen rato a que terminara de trabajar para poder irme a acostarme con él y divertirme un rato para encontrar un trabajo mañana e irme de su casa.

Ya estoy listo, vámonos.

Sí.

Nos sonreímos, por una extraña razón me hacía acordar a Yoongbook, pero, qué me sucede, de verdad estoy tan enfermo?, los extrañaba a todos, pero no podía hacer nada, bueno, ahora me concentraría en el presente, pero un momento, ¿cuál era el nombre del camarero?, mierda nunca se lo pregunté.

¿Y si voy directo a la casa de un asesino en serie?, ¿y si me secuestra y me desaparece?, ¿y si solo quiere sexo y solo estoy exagerando?... Por dios necesito el sexto sentido que tienen las mujeres para detectar cuando alguien es peligroso o no, mierda como no lo pensé antes de coquetearle, porque ahora que lo pienso fue muy fácil, no todos en su sano juicio invitarían a una persona completamente desconocida a su casa solo por sexo eso suena muy raro si era raro.

Oye, ¿y desde hace cuanto que vives solo?-- Pregunté con la esperanza de encontrar una alerta para poder huir si sentía que algo andaba mal antes de que fuera tarde--

Oh, bueno, no hace mucho, más o menos unos dos meses, mis padres por entrar a la universidad con puntaje nacional me dieron una casa, ya que, ese puntaje lo han conseguido pocas personas antes que yo, pero lo malo es que tengo que trabajar para mantener la casa y mis víveres.

Vaya-- Me calme, sentí que mi alma me volvía al cuerpo, no era un asesino, eso me alivio--

Guau, pensaste que era un asesino, acaso-- Pregunté en broma, pero viendo su expresión supe que era verdad-- ¿De verdad me veo como un asesino?

No, lo siento, no fue mi intención, es que es la primera vez que alguien acepta ir tan rápido a invitarme a su casa para tener sexo. 

Sí, sé que parece raro, pero estoy muy solo y en estos momentos de estrés necesito un poco de distracción y el sexo me lo da.

Oh, ya veo, lo siento amigo, que te sientas tan solo, sabes ambos, nos necesitamos yo porque no tengo hogar y tú por qué te sientes muy solo, podemos hacer un trato cuando lleguemos a tu casa.

¡Oh, mi casa es cierto!-- Me volteé para orientarme y luego suspiré aliviado, ya que, íbamos en el camino correcto--

¿Qué paso, nos perdimos?

No, gracias al cielo me oriente de nuevo, te juro que se me había olvidado de que íbamos a mi casa, pero si vamos lamento asustarte.

Ah, no te preocupes, pero de verdad vamos a tu casa, ¿estás seguro de que de verdad no nos perdimos?

Sí, lo estoy, no te preocupes.

Está bien, te sigo, por cierto, ¿cuál es tú nombre?

¿No te lo había dicho?

Pues no, ni yo el mío.

Bueno, yo juraba de guata que te lo había dicho, pero será, mi nombre es Alex-- Sonreí amistosamente-- 

El mío es Cristopher.