Capítulo 25 || FINAL

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Hoy es la última semana de clases. Se siente tan bien ver a mis amigos menos estresados y disfrutando de su última semana. Todos han aprobado sus materias con notas altas, lo que definitivamente nos ha quitado un peso de encima... un peso que hemos llevado por más de 12 años... aunque ahora serán cinco años más de universidad, al menos estudiaremos solamente lo que nos gusta. Sin embargo, ahora que lo pienso, no suena tan reconfortante entender que un humano promedio pasa más de 17 años estudiando...

Pero mi etapa escolar por fin está culminando. Y jamás en mi vida me había sentido tan bien conmigo misma. Tengo el corazón roto por la partida de Olmo, pero al menos recupere mi amor propio y ya no me detesto. Creo que en toda mi vida jamás había experimentado el quererme a mi misma hasta ahora. Y se sentía muy bien.

Estos días, mi ansiedad ha disminuido bastante. Las únicas veces en que se activa es cuando pienso que algo malo me va a pasar porque me siento tan bien. Entonces, automáticamente trato de distraerme y de pensar que a personas como yo les pasan cosas buenas sin necesidad de que algo malo suceda después. Es algo que me repito diariamente, intentando que algún día mi cabeza lo entienda completamente, pero sé que tomará tiempo, así que trato de seguir adelante con mi vida.

Hoy hay una "after party" por el último partido de fútbol que jugará mi escuela. Ganemos o perdamos, la fiesta se hará sí o sí porque los adolescentes nunca dejan pasar la oportunidad de beber y bailar.

Yo no quise ir al partido porque no estoy muy enganchada con el equipo de nuestra escuela y además, tengo que escribir un par de ensayos que algunas universidades me pidieron. Pero sí iré a la fiesta por la noche, ya quedé con mis amigas y no soy capaz de cancelarlas porque de todos modos Marjorie me llevaría de los pelos.

Estoy tan absorta en mis pensamientos escribiendo en mi laptop que no me doy cuenta de lo que sucede en mi ventana.

-¡Marte! - En este momento siento todos los síntomas de un infarto, mi corazón está a punto de salirse de mi pecho.

-¡Pero por la p...! - Intento recuperar el aire en mis pulmones.

-Lo siento - Dice con pena.

-¿Lo siento? ¿Cuándo vas a usar la puerta? Vamos abajo para presentártela y así puedas comenzar a usarla.

-Es que no sabía si tu mamá estaba en casa o no.

-Se fue con Tarantina al veterinario para ponerle sus vacunas y bañarla. En pocas semanas, creció demasiado y es un poco complicado hacerlo.

Aún no ha pasado por completo por la ventana, Jota se sostiene gracias al árbol.

-Si quieres bajo y entro por la puerta.

-Ay, no seas tonto, entra de una vez. - lo ayudo cruzar.

-Perdón, te prometo que en la universidad tocaré la puerta siempre.

-Ojalá... Oye, ¿por qué no estás en el partido?

-Me aburrí, Samuel se quedó con Marjorie y Majo. Así que vine aquí contigo.

-A distraerme. - digo sonriendo.

-No te voy a molestar, lo prometo. Puedo quedarme sentado haciendo nada. - me conmueve por la forma en que lo dice.

-Está bien.

Vuelvo a mi laptop y continúo escribiendo. Jota se recuesta en mi cama mirando el techo. Verlo ahí sin hacer nada me distrae más de lo que pensaba. Pero logro acabar una gran parte del ensayo, solo me faltan las reflexiones finales. Busco en mi computadora algunas fotos para inspirarme y encuentro un video de Jota.

Descubriendo a MarteWhere stories live. Discover now