Texting into your heart

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El sol brillaba desde las cortinas y persianas de su ventana, se levantó de su cama y se estiró. Un nuevo día de mierda le esperaba, y que mejor, el primer día de su último año de secundaria, woo, que emoción. Se estaba lavando los dientes cuando de repente escucha el sonido de notificación de su celular sonar, eso ahora era raro, nadie le hablaba sin ser su familia o su vendedor de drogas, el cual nunca le hablaba primero y mucho menos a estas horas.
Decidiendo ir a fijarse cual era la ocasión, se sorprendió al ver una notificación del chatroom al cual se había metido ayer, entró a la aplicación para encontrarse con un nuevo mensaje de su compañero.

"Everythings.oak-y: Buenos días."

Con que porfin le había decidido hablar, ¿eh? Almenos era lo demasiado cortés para decir buenos días.

—¡Connor, si no estás listo me voy a ir sin tí!— Escuchó a su hermana llamar desde el living de la casa, que molestia, a él no le podía importar menos si se iba o no con ella, sin embargo sabía que a su madre sí, solo por eso decidió guardar su celular, no sin antes hacer algo.

"Rotting_corpse: buenas noches"

Perfecto.

—¡Connor!

—¡Que sí, que sí, ya voy, pesada!

Bajó las escaleras y se encontró con su hermana esperándolo, se miraron sin decir nada más, aparte de Zoe rodando los ojos, y salieron de la casa para dirigirse al caro auto que le pertenecía a Zoe, por que Connor no tenía permitido tener un auto, mucho riesgo, dijo su madre, como sea. El camino al colegio fue sin palabras por parte de ambos hermanos, un ambiente tenso inundaba el auto, como era todos los días. Cuando aparcaron en el parking del colegio simplemente se salieron del auto en silencio hasta que Zoe se dió la vuelta para mirarlo a la cara.

—Si no estas aquí para cuando toque el timbre de salida me iré sin tí, ¿Vale?

Connor rodo los ojos y asintio con la cabeza para ir a entrar al lugar, primer dia de este infierno, emocion a tope, vamoos woo. No estaba lo suficientemente fumado para esto. 
Estaba caminando hacia su casillero cuando de repente escucha su nombre siendo llamado por una voz molesta

—¡Hey, Connor! Amo el nuevo corte de pelo, bastante protagonista de tiroteo de escuela, ¿eh?

Connor se dió la vuelta hacia la voz, el puto de Jared Kleinman. Odioso como siempre, en todo su esplandor de nerd friki que no la ponía nunca tenía la audacia de decir algo sobre su cabello.

—H-hey, tranquilo, era solo una broma, estaba bromeando.— El de gafas se rió nerviosamente y dió unos cuantos pasos hacia atrás.

Connor solo lo siguió mirando de mala gana hasta que decidió responder.

—Si, lo noté, me dió gracia, me estoy riendo, ¿Que no ves? ¿Acaso no me estoy riendo lo suficientemente fuerte para ti?— Se acercó a el otro con la intención de intimidarlo, y sonrió a sus adentros cuando vió que dió resultados y el contrario retrocedía aún más.

—Estás loco, eres un rarito, me voy de aquí.— Dicho y hecho, Jared se dió media vuelta y se fué corriendo a quién sabe donde.

Connor rió para si mismo, y escuchó otra risa nerviosa juntarse junto a la de él, vió hacia un costado y apenas se percató del otro chico que había junto a Kleinman, un petizo de pelo rubio con un yeso.

—¿Y tú de que te ríes? ¿Te estás riendo de lo que dijo Kleinman? ¿Es eso, huh?— Se acercó lentamente al otro.

—¿Q-qué? No yo solo estaba-

—¿Crees que soy un loco? ¿Que soy un rarito? No lo soy, ¡Tú lo eres!— Sintió sus propios brazos siento estirados para empujar al otro. Lo vió caer al suelo y apenas cuando escuchó un pequeño grito de dolor notó que cayó en su brazo herido, ¿Qué había hecho? Se quedó estático unos segundos hasta que recuperó su consciencia y solo pudo correr huyendo de allí, como el cobarde que era. La había vuelto a cagar, otra vez. Que buen primer día.