Amor psicópata

11_Cruel

Todos creen que soy una persona feliz. Todos juzgan mi sonrisa y lo hacen de una manera color rosa pero ellos no saben una cosa y es que es solo una mentira más en esta historia.

Betty.

BETTY:

El cielo toma ese color que indica días de lluvias. Se torna de un color gris que estremece los ojos de quien ve lo libre y oscuro de los pensamientos. Es un día común para los que están acostumbrados a sentir lo mismo. Es un día fúnebre para los que estamos a punto de recibir una noticia que nos cambiará la vida

—¿Señorita Betty? Favor de presentarse a la sala de emergencias—esa voz me hace temblar. Mis piernas pierden la fuerza y mis manos comienzan a sudar. Es la hora de conocer la verdad y no saben cuanto miedo da.

Dentro de la sala espero pacientemente el resultado de las pruebas.

—Betty, así que hace aproximadamente dos meses comenzó con mareos, fuertes Dolores en el pecho...—mientras el médico da su reseña de mi historia clínica me enfoco en un peluche cerca de una foto familiar en la mesa.
Siento que esta noticia puede cambiar mi vida para siempre.

—Bueno, seré totalmente sincero contigo. Hemos diagnosticado un cáncer—

Oh...mi respiración se acelera, mientras el doctor comienza a darme ánimos solo pienso.

¿Cáncer? Esa enfermedad que veía tan lejos de mí.
Eso que no tiene cura todavía y puede hacer añicos los sueños de las personas.

Este es el momento donde supongo que debo preocuparme y preguntar ¿por qué yo? Sin embargo no tengo ganas.
Betty, la chica que ayuda a todos, la amiga que siempre está para sus amigos, la que ayuda en casa y estudia para sacar adelante a su familia.
La que nunca estuvo rota porque sabía alejarse en el momento adecuado.
Betty enferma...

—Doctor, necesito que esto quede entre nosotros. Nadie lo puede saber—

—Debemos informarle a sus padres—dijo fríamente como si no le importara. Y ahora que lo pienso por qué lo haría? No es ella, la que está en la foto familiar al lado del peluche.

—No, esto no lo debe saber nadie—reiteré .

—Está bien, pero piense bien—

—Y ahora ¿qué es lo siguiente?—

—Quimioterapia. Aquí tengo los días que debes venir —

Debería llorar por una vida tan maldita en estos momentos, debería sentirme mal lo suficiente para querer terminar con mi vida sin embargo no lo estoy.
Me siento nerviosa, con ansiedad pero no salen lágrimas de mis ojos ni gritos de mi boca.
Al salir del lugar escribo a la primera persona de mi agenda telefónica.

EL CHICO ATRACTIVO INOCENTE:

—Donde estás?—

—¿Tu escribiéndome?:) qué Rayo caerá hoy —

—Necesito que vengas por mi. Estoy frente al hospital P.R—