Poniendo la mano en el corazón. Quisiera cantante toda una canción. Que tú eres mi cielo. Eres mis consuelos.
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Observaste sentada bajo la maleza del árbol la entrada del instituto,esperando con ansias la llegada de Oliver. Estuviste las anteriores horas de clases con las mismas ganas de siempre de ver aquellos ojos hermosos que no salían de tus pensamientos.
Ya había pasado la hora a la que solía venir a tu instituto,cosa que te dejaba inquieta. Siguieron pasando los minutos y tu preocupación comenzó a incrementar con el paso del tiempo. Te sobresaltas de tu sitio al escuchar el timbre,dando a anunciar el fin del receso. Bajaste tu mirada a la pantalla del móvil,abriendo el chat de Oliver y mandándole un pequeño mensaje.
Tú:
¿Estás bien? ¿Por qué no viniste? :(.
Temías por la posibilidad de que le hubieran hecho algo,era famoso y podía tener varios inconvenientes por ello. Te levantaste del césped y guardaste tu móvil en el bolsillo de tu chaqueta,emprendiendo un nuevo camino para llegar a clases.
Las horas parecían ser eternas,intentabas concentrarte en las lecciones pero no lo conseguías,estabas tan preocupada por Aiku que en lo único que podía pensar era en él y en cómo podría estar. Te costó bastante seguir el ritmo de la clase,pero para tu suerte,las clases comenzaron a pasar con más rapidez y tras unos minutos por fin saliste de ellas. Recogiendo tus cosas y marchándote de allí como si de una bala se tratara.
Hacía buen tiempo ese día, ni frío ni calor, la temperatura ideal para cualquier día de primavera. Simplemente un par de brisas débiles que sólo mecían con lentitud tu cabello, acariciando tus hebras con mimo. Caminabas tranquilamente junto a los demás alumnos a la salida del instituto, observando al frente con aburrimiento.
Una de tus manos sujetaba tu móvil, deseando sentir la vibración de este y saber que tenías una notificación. En todo el tiempo que pasó tras mandar aquellos mensajes, ninguna respuesta fue concedida por el futbolista,dejándote bastante inquieta y con un mal sabor de boca.
Mientras caminabas,elevaste tu mirada y tú vista se enfocó en un gran grupo de gente,rodeada a un lado de la puerta de la entrada del recinto. Curiosa,te acercaste a ese bulto y tus ojos se abrieron como platos al ver al causante de esto. No puede ser...
Oliver se encontraba en medio de todo ese grupo de estudiantes,apoyado en la puerta de su coche deportivo,observando su móvil con aburrimiento mientras la brisa movía sus cabellos en una hermosa danza para los espectadores,se veía tan bien que parecía una réplica de algún dios griego. Corrijo,el ES un dios griego
