Vincent Maslow sabía que no debía desearlo, su nuevo asistente temporal estaba completamente fuera de sus propios límites, demasiado joven para él, demasiado impoluto, y aun así no podía apartar sus ojos de él, no podía evitar imaginar los escenario...
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VINCENT MASLOW
-Y listo. Te ves como todo un empresario.- Dijo Vince quitándole polvo de los hombros que no estaba realmente ahí.
-Siento que no se me ve tan profesional como a ti.- Dijo Cody mirándose en el espejo
-Se te ve mejor.- Reafirmó Vince. -Date una vuelta, para mi, Baby Boy.-
Cody giró en el lugar mirando hacia abajo, hacia su traje gris y su camisa blanca y sus zapatos cafés.
-Me siento como un pequeño en un disfraz.- Dijo Cody hacia su reflejo. -Tal vez me haga falta una barba.-
-La barba no hace al hombre.-
-Para ti es fácil decirlo, a mi edad ya tenías una barba.-
-No, yo a tu edad tenía una fabulosa barba.- Le acarició los hombros y besó su cabeza. -Pero tu rostro está perfecto desnudo.- Pegó su entrepierna contra sus glúteos. -Cómo el resto de tu cuerpo.-
Cody sonrió. -¿En serio, Vince? ¿Ahora?-
-En serio, Cody.- Le besó el cuello. -Siempre.-
Cody sonrió, pero la ansiedad de nuevo aplanó sus labios.
Su maravilloso muchacho no iba a sentirse inseguro, no en su guardia. Vince lo abrazó desde atrás, cruzando sus manos delante de su abdomen.
-Baby Boy, quieren entrevistarte porque están asombrados con el avance que conseguiste a tan corta edad. No tienes nada qué temer, harás estas entrevistas todo el tiempo a partir de ahora.-
Cody había invertido todos sus ahorros en la casi muerta cadena de hoteles "Secretum Nocte". El dueño había tomado decisiones terribles en su manejo, dejando el negocio al borde de la bancarrota. Todos lo vieron como un caso perdido, hasta Vince, pero Cody vio potencial en él. Así que compró la devaluada cadena y aplicando todos sus conocimientos adquiridos al trabajar para Vince y después para Maxwell. No sólo la salvó de una bancarrota total, sino que la volvió una de las cadenas de hoteles más renombradas de los últimos años. Y todo por su cuenta.
Ahora, la revista "Succesful", sorprendidos por el rápido y certero avance de Cody, lo habían contactado para ser la cara de la portada y hacerle una entrevista. Para hablar de sus estrategias empresariales, sobre su trayecto hasta aquí, entre otros detalles.
Cody sentía que la cabeza iba a estallarle de nervios.
Vince sentía que el corazón iba explotarle de orgullo.
¿Cómo podría no sentirse así? Su Baby Boy, en la portada de millones de copias de la revista empresarial más reconocida del mundo, exponiendo su belleza y talento ante todos. Ahora se encontraban en la habitación que compartían en la suite, practicando las poses que Cody usaría para la sesión de fotos. Vince le había comprado varios trajes para hacer más realista la práctica.
