Vincent Maslow sabía que no debía desearlo, su nuevo asistente temporal estaba completamente fuera de sus propios límites, demasiado joven para él, demasiado impoluto, y aun así no podía apartar sus ojos de él, no podía evitar imaginar los escenario...
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CODY ADLER
El balón cayó en el cesto y Cody rió por la emoción.
-¡Tres a dos!- Presumió.
Vince, quien claramente no disfrutaba perder sacudió la cabeza.
-El partido aún no concluye jovencito, espera que te termine para cantar victoria.-
Cody estiró los brazos a los lados y alzó el mentón. -Estoy esperando, dame con todo lo que tengas.- Tal vez no debió desayunar tanta azúcar.
Vince tomó el balón en sus manos.
-Oh créeme, vas a tenerlo.- Amenazó con oscuridad en su mirada y amenaza en su voz.
Aquél partido era el más interesante en el que Cody había participado, se afrontaba lo que ambos representaban, juventud contra experiencia. Moría por ver el resultado.
La estamina de Vince era sorprendente, pero Cody terminó ganando seis a cinco.
-Claramente, tu victoria se debe a que agotaste todas mis fuerzas en la cama.- Jadeó Vince secándose la frente con el antebrazo.
-Seguro.- Cody se burló.
Vince alzó una ceja. -¿Estás poniendo en duda la palabra de tu Daddy?-
La sonrisa de Cody creció.
-Sí.-
En un parpadeo Vince estuvo encima de él.
En dos parpadeos ambos estaban desnudos.
En tres estaban follando en medio de una cancha de baloncesto vacía dentro del hotel de Vince, sin importarles quién pudiera entrar.
Entre el spa, el jacuzzi, el buffet gourmet y el sexo continuo, el fin de semana terminó más rápido de lo que cualquiera de los dos esperaba. Planeaban regresar a casa la noche antes del lunes pero decidieron pasar aquella noche en el hotel.
Eventualmente el fin de semana tuvo que terminar, no podían permanecer en el cielo para siempre, era hora de regresar al mundo real. A la mañana siguiente ambos se estaban preparando para el día que tenían por delante.
-Puedo ayudar con eso.- Dijo cuando Vince se anudaba la corbata.
-Adelante.- Accedió el magnate ocultando sus manos detrás de su espalda.
Cody lo anudó, no sin desaprovechar la oportunidad de respirar su colonia o sentir los fuertes músculos de su cuello.
-Te volviste repentinamente bueno en esto, ¿estuviste practicando por tu cuenta? o...- Vince sonrió. -O ¿siempre supiste anudar corbatas y aquella vez solo querías tenerme cerca?-
Cody se sonrojó confirmando sus sospechas.
Vince sujetó su cintura y pegó su cuerpo al suyo.
-Mi travieso Baby Boy...- Murmuró antes de besar sus labios. -Si quieres a Daddy para ti, sólo pídelo.-
