VIII

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-Te lo dije, varias veces... ¿Por qué nunca me hiciste caso?-se quejó el rubio aún con los ojos llenos de tantas lágrimas que se le casi imposible ver con claridad el rostro de confusión de su compañero de departamento, al que igual, podría llamar muy bien el amor de sus días escolares.

-Lo lamento, no... No recuerdo muy bien lo que te hice pero, créeme, si ha sido lo suficientemente malo como para hacerte llorar de esta manera, lo siento desde lo más profundo de mi corazón.

-Te odio-fue lo último que dijo el joven de ojos azules antes de tomar su ropa, que estaba tirada por casi todo el suelo y dirigirse a la habitación en donde estaba el baño privado.

Zayn quiso ir detrás de él y arreglar las cosas, quizás y ahora no era capaz de generar recuerdos que le ayudaran a saber en qué la había cagado esta vez pero sabía que la había arruinado una vez más y justo en el momento en el que las cosas con Horan iban mejorando de poco a poco; pero tal vez y lo mejor para los dos por ahora era dejar a Niall solo. Buscó su celular entre las almohadas del sofá y entre su ropa, que también estaba en el suelo, al final lo terminó encontrando en uno de los bolsillos de su pantalón, revisó la hora, nueve de la mañana y revisó los mensajes que tenía. El único que le llamó la atención de verdad fue el de el dueño de un restaurante nuevo en la plaza, ubicada en el centro de la ciudad.

«Si vas a tomar el trabajo, te espero en el restaurante a las diez con treinta minutos. No te preocupes por el material de trabajo, eso te lo proporcionaré yo».

Zayn dejó su celular en el sofá, agarró su ropa y se dirigió a la habitación que, desde que se graduó de la Universidad, venía compartiendo con Niall. Al entrar esperó encontrarse con él pero no, su ropa estaba en la cama, hecha una bola, y junto a esta había una muda de ropa que de seguro pensaba usar para ir a dar clases. Entró al baño, sin pensárselo dos veces. Ahí dentro se encontró con que Niall estaba tomando una ducha, y eso lo sabía ya que la regadera no contaba con una cortina de baño, si no con una puerta de vidrio, que en ese momento estaba un poco mojada de agua fría. Niall se pasaba el jabón por todo el cuerpo agresivamente, como si quisiera arrancarse la piel de cierta manera; Zayn se perdió entre sus propios pensamientos, observando cada parte del cuerpo de Niall, confirmando una vez más que el físico del rubio era demasiado bonito, encontrándose a sí mismo embelesado con tal belleza que por mucho tiempo ha rechazado en casi todos los sentidos.

-¡Zayn! ¡¿Qué rayos haces aquí!?-exclamó el rubio, interrumpiendo todos los pensamientos y fantasías que rondaban por la cabeza de Malik, mientras que intentaba cubrir inútilmente sus partes más íntimas con las manos.

-Oh, lo siento-se aclaró la garganta e intentó hacer un enorme esfuerzo por concentrarse en algo más que no fuera el cuerpo desnudo de Horan-. No pensé que estuvieras bañándote.

-Vete, de aquí-estaba molesto, ya había quedado demasiado claro.

-Eso iba a hacer...-se detuvo un momento antes de salir de baño-Niall, hoy iré a pintar un restaurante en la plaza del centro a las diez y media, me gustaría que me acompañaras.

Niall no le respondió, de cierto modo aún no podía dirigirle la mirada al moreno como antes, quizás porque se encontraba desnudo y de alguna forma vulnerable, quizás porque estaba en la ducha, o quizás porque era la primera vez que Zayn le invitaba, voluntariamente, a verle hacer un trabajo que amaba con su vida como ir a pintar murales. Malik se quedó apoyado en el marco de la puerta, le dirigió una última mirada a su trasero y salió de ahí cerrando la puerta tras de sí, no sin antes decirle que si deseaba podía ir con él, no era obligatoria su compañía.

[...]

-¿Vas a acompañarme?-Niall asintió cabizbajo, por lo que no se dio cuenta de que Zayn sonrió delicadamente antes de tomarle de la mano para salir juntos del departamento.

El joven de ojos azules discutía mentalmente consigo mismo y con su orgullo, cuestionándose varias veces sobre lo que estaba haciendo. La noche anterior el moreno prácticamente le había violado pero ahora, en la mañana, lo acompañaba al trabajo, sin ponerse a la defensiva, sin hacerse del rogar, nada. Voluntariamente caminando a su lado, estrechando su mano, incluso aguantando las ganas de apretarle de más, ya había llegado al punto definitivo en qué no sabía lo qué estaba haciendo con su vida.

Malik se portó demasiado bien, desde que bajaron las escaleras del edificio (Zayn sabía que Niall prefería las escaleras que el elevador), hasta que llegaron al auto, le abrió la puerta de copiloto, con caballerosidad. Increíblemente, Zayn condujo con tranquilidad, a diferencia de otras veces, en las que conducía con rapidez, sin respetar de verdad los altos o los topes que le hacían saltar un poco en el asiento, haciendo que Niall temiera por su vida, aunque nada de eso impedía que dejara de subir a un carro con él.

En aproximadamente veinte minutos llegaron a la plaza, Zayn estacionó el auto en una zona muy cerca de la entrada principal; antes de que Horan hiciera algún movimiento, Malik ya había salido del auto, lo había rodeado después de guardarse las llaves en el bolsillo del pantalón y ya se encontraba abriéndole la puerta al irlandés. Niall le agradeció el gesto una vez más, bajó del automóvil y se acomodó el abrigo, metiendo las manos dentro de los bolsillos de este, ese día en especial era tan frío que la nariz y las mejillas se le volvieron rojas al salir del edificio de departamentos donde vivía.

dope [ziall]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora