Dentro de una historia de villanos había uno que tenía la corona del rey de los superdotados, mejor conocidos como la generación de los milagros. Un grupo de 7 adolescentes capaces de jugar al mismo nivel de un profesional sin siquiera sudar, tambié...
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La tensión se sentía en el aire, era capaz de ser cortada con una tijera y, una vez el filo quebrara el hilo, ambas bestias se batirían en un feroz duelo por la victoria. Así se sentía tener a los hermanos Aomine, uno en cada equipo, el mayor contra el menor, el maestro contra el alumno.
Los jugadores fueron presentados con emoción, iban entrando en la cancha conforme los iban nombrando. Las mascotas bailaban en apoyo a sus equipos, para los de Samezuka había un tiburón con el uniforme blanco, negro y rojo, y en Tōō Gakuen una pantera negra con su uniforme negro con rojo. No faltaron los animadores, la hinchada, incluso los equipos que cayeron ante los finalistas.
—Tengamos un buen juego, rey. — saluda Imayoshi, siendo el primero de los dos en estirar su mano hacia el menor.
—Limpio y divertido, senpai. — acepta con esa condición, mostrando una sonrisa elegante y un saludo firme al apretar sin miedo su mano.
Ambos pronto fueron a sus filas para saludarse en general con el resto, la tensión creció en ese momento donde los hermanos se enfrentaron cara a cara, ambos serios, con tanto por dar. Una vez el staff de entrenadores y managers se saludó, al fin, dieron inicio al juego.
El silbato sonó junto al golpe del balón siendo robado por Samezuka en un muy buen inicio. El rey avanzó sin miedo ni dudas hacia adelante, el doble bloqueo no se hizo esperar y, esperando eso, solo tuvo que pasar el balón a su escolta para que lo desvíe a Mashiaro.
—N-no vas a-
—A un lado, niño. — ignorando a Sakurai, Minrou desvió el balón a Rei y entonces el público enloqueció. — "Bien, confiemos en nuestra estrella dormida ..."
Daiki y Rei se midieron cuidadosamente, antes que, de golpe, ambos entren en un intenso juego de dibbleo, esquiva y roba que ocurría a tal ritmo que asustó a todos. La velocidad de ambos era tal que no pudieron seguirlos hasta que finalmente el hermano mayor anota los primeros 2 puntos para su equipo.
— ¿Qué fue esa basura de robo? — cuestiona el mayor muy serio — ¿A eso llamas baloncesto? Ven a mí con todo, mocoso.
—Maldito anciano... — insulta más que cabreado.
Otro juego comenzó, está vez Rei iba con todo con su hermanito por detrás. Ambos saltaron, el cuerpo de Daiki chocó contra el de su hermano en el aire, el silbato sonó y el menor vió con asombro cómo él lanzaba el balón detrás del canasto. Anotando 2 puntos para su equipo y 1 más por la falta.
—"Como temía..." — piensa Imayoshi con una sonrisa tensa — "El hermano mayor es una bestia peor que el menor..." — luego de eso bufó burlón y volteó a ver al rey — Que tramposo, tú tienes al original contigo~
—No sé de qué habla. — se hace el tonto volviendo con sus superiores, más por Gray que mantenía un indescifrable gesto en su rostro — Yamazaki-senpai, no se enoje por no ser la estrella.
