🌻Capítulo 10☀️

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Día nueve:

La última semana se les había pasado volando a los dos. Quizás tuviese que ver con el hecho de que se habían visto todos y cada uno de los días, aunque solo fuese durante un par de horas.

Mew no estaba seguro y pensar en
ello lo asustaba demasiado. Aquella mañana había estado un rato puliendo los detalles de la última canción que había compuesto hasta la fecha y que valía la pena; estaba contento con el resultado, repasándola mientras Gulf leía una novela romántica tumbado en su cama. Se había tirado allí antes de que él pudiese protestar y no hubo manera de conseguir que regresara al sofá.

―¿Qué más te da? ―Le había dicho―. Si total estás ahí con la música y no me haces ni caso. ―Se encogió de hombros antes de pasar a la siguiente página.

Mew se puso en pie, dejó la guitarra y se acercó a él.

―Así que es eso. Quieres más atención.

Estaba bromeando.

Gulf lo miró con los ojos entrecerrados, porque no era habitual que Mew le siguiera el juego. Mew se dejó caer en la cama, a su lado, tumbado boca arriba mirando el techo y suspirando profundamente.

Gulf tuvo que reprimir las ganas que tenía de acercarse a él y besarlo hasta conseguir que todos esos problemas que lo consumían desaparecieran.

Durante los últimos días había conseguido un montón de respuestas para su entrevista, pero todas ellas eran sobre preguntas que no tenían demasiado interés para la prensa sensacionalista. Cosas como que cuál era su momento favorito del día o qué país de todos los que había visitado durante los años llenos de giras le había gustado más. Y no es que Gulf no deseara con todas sus fuerzas conseguir su propósito y poder dedicarse a lo que más le gustaba, aquello que sabía que se le daba bien, sino que el sentimiento de protección que empezaba a sentir hacia Mew era más fuerte que todo eso.

No quería verlo sufrir ni pelearse con sus demonios, tampoco que estuviese obligado a hablar de cosas que no deseaba contarle a todo el mundo. Era la primera vez que Gulf pensaba antes en los sentimientos de otra persona que en los suyos propios.

―Ya sé que se supone que solo estoy aquí para inspirarte.

―También me gusta tu compañía, principito ―reconoció Mew.

―¿Hasta cuándo vas a seguir llamándome así?

―¿Por qué te molesta tanto? ―preguntó.

―Porque suena mal. Como a niño malcriado.

―Antes pensaba que lo eras. Quizás aún tienes un poco de eso. ―Mew lo miró, girando la cara en la cama. Estaban muy cerca y el momento se volvió íntimo―. Pero ahora creo que puedes ser un principito diferente, de los que matan dragones. El héroe de la historia.

Gulf sintió algo cálido y agradable en el pecho.

―Eso me gusta mucho más. ―Le sonrió.















                          🌻👑☀️




















Día once:

Era inútil seguir negándose lo evidente.

Gulf no podía quitárselo de la cabeza. No dejaba de pensar en él y en todos los momentos que compartían juntos cada día, conociéndose un poco más, aunque fuese al ritmo lento que Mew marcaba. Pero, cada noche, al acostarse y cerrar los ojos cuando se metía en la cama, sus ojos brillantes aparecían en su cabeza. Imaginaba cómo sería besarlo, qué sentiría al poder abrazarlo cada vez que le apeteciera.

Gulf quería ser príncipe. 👑Donde viven las historias. Descúbrelo ahora