🌻Capítulo 9☀️

468 112 8
                                    

Día tres:

Gulf apareció en su casa a la hora acordada, en esa ocasión con una
elegante camisa rosa, unas bermudas caqui y una bolsa de chucherías en la mano. Todo un contraste. Se tumbó en el sofá de su dormitorio mientras él cogía la guitarra y empezaba a tocar. No sabía por qué de repente solo podía hacerlo cuando lo tenía cerca, como si su presencia lo calmase y le ayudase a concentrarse.

―Tengo una pregunta ―dijo al cabo de un rato.

―¿Una pregunta de tu famosa entrevista?

―No, nada de eso. ¿Por qué no hay decoración?

―¿Decoración? ―Mew frunció el cejo.

―Ya sabes, decoración navideña. La casa parece un muermo sin ningún
adorno, ni siquiera hay árbol, ¿qué tipo de hogar es este? Deberíamos ponerle
remedio.

―No, nada de eso. ―Mew negó con la cabeza.

Estaba ocupado revisando las cuerdas y apenas se percató en el movimiento de Gulf hasta que él se hubo sentado a su lado, con su rodilla rozándole la pierna. Bajó la vista hasta ese punto y vio que el borde de las bermudas se le había subido por el muslo. Sintió que su cuerpo se calentaba y que todo su ser le gritaba que hiciese algo al respecto. Tragó con fuerza e intentó ignorar
aquello y mirarlo tan solo a los ojos, pero eso no mejoró la situación. Porque Gulf no parecía darse cuenta de que resultaba de lo más excitante verlo
comerse una fresa de gominola, con los labios moviéndose suavemente antes
de morder.

―¿Qué te ocurre? ¿Te pone nervioso que me acerque a tí?

―¿Bromeas? ―Mew alzó una ceja, consternado por lo directo que era.

Gulf lo observó unos segundos, sin dejar de masticar. No podía seguir negándose a sí mismo que cada vez le gustaba más el chico que tenía delante.

No solo por lo que dejaba ver cada día, sino también por lo que todavía no le
mostraba. Sonrió travieso.

―Yo solo digo lo que parece…

―Te lo tienes un poco creído, principito.

―¡Oye! ―protestó y agachó un poco la cabeza, sin saber qué decir. Estaba
acostumbrado a coquetear con chicos, pero Mew no parecía ser así ni tampoco tener mucho interés en jugar ni en divertirse. O puede que fuese por él. Sí, estaba claro. Levantó la mirada de nuevo para buscar la suya―. Ya
sé que no soy tu tipo, solo bromeaba.

Mew pareció malhumorado ante aquella afirmación.

―No tengo ningún tipo, Gulf ―gruñó enfadado.

―Eso es un poco difícil ―apuntó Gulf.

―No. Por si aún no te has dado cuenta, no me relaciono con nadie.

―¿Con nadie? ¿Qué quieres decir? ¿No te relaciones con donceles?

Mew deslizó los dedos con suavidad por las cuerdas de la guitarra haciendo sonar un par de notas antes de alzar la vista hacia Gulf. Sintió un tirón en el pecho al mirarlo.

―Eso es ―respondió secamente.

―No te creo. ¿Desde cuándo no…?

―¿Desde cuando no me acuesto con alguien? ―Mew sonrió sin ningún tipo de humor, aplastando los recuerdos que lo azotaron―. Desde hace más de un año.

―¿Lo estás diciendo en serio?

―¿Por qué iba a mentirte?

―Pero… no lo entiendo… El día que diste aquel concierto, todas esas chicas y chicos que suspiraban por tí… podrías estar con cualquier modelo famoso o con…

Gulf quería ser príncipe. 👑Where stories live. Discover now