🌻Capítulo 1☀️

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Gulf  Kanawut Traipipattanapong quería un caballo. Y un coche nuevo. Y más crédito en su tarjeta bancaria. Y, sobre todo lo demás, algo que no se atrevía a confesarle a su familia, porque sabía que se lo tomarían a risa, pero con lo que fantaseaba a menudo. Sin embargo, no podía conseguir nada de todo eso porque, para empezar, no tenía trabajo. Y, aunque su familia era adinerada y dueña de una de las revistas más prestigiosas de la ciudad de Nueva York, cada vez le cortaban más el grifo. Sus hermanos estaban al frente del negocio y Gulf sentía que se estaba quedando al margen, casi aislado en un rincón.

Desde luego, no contaban con él.

Lo supo claramente cuando entró en el despacho de Yin, que estaba reunido con su otro hermano, Bright. Los dos lo miraron un segundo antes de volver a seguir con la conversación que mantenían como si él no estuviese allí en esos momentos. Gulf contuvo las ganas que tenía de ponerse a gritar o de darles unos buenos golpes. Dejó su bolso colgando del respaldo de una de las sillas y se sentó haciendo mucho ruido e interrumpiéndolos de nuevo.

—¿Querías algo, hermanito? —le preguntó Bright divertido.

—Sí, quiero saber por qué no formo parte de esta empresa.

—Por enésima vez: porque para eso tendrías que trabajar. —Yin le contestó serio, con las manos cruzadas sobre su escritorio de roble y una expresión de paciencia en el rostro que, como Gulf bien sabía porque lo conocía, era pura fachada.

—Está bien, entonces déjame que trabaje —replicó.

—¿En qué? ¿En ir de compras?, ¿en levantarte a las diez de la mañana?, ¿en acudir a un spa y dar tu valoración sobre el trato de los clientes? No hay nada aquí que quieras hacer.

—No lo sabremos si no me pones a prueba —dijo Gulf.

—¿Por qué haces esto, Gulf? Estamos ocupados…

Yin siempre era duro con él. A pesar de que lo adoraba, por la diferencia de edad, siempre se había llevado mejor con Bright. Por eso y porque, hasta hacía bien poco, Bright era tan irresponsable y vividor como Gulf; ahora, en cambio, tenía una relación estable con Win, uno de los chicos de la oficina, estaba esperando un bebé y ocupaba un puesto en la empresa.

Así pues, Gulf era el único de los Traipipattanapong que todavía no había encontrado su lugar en el mundo. Y desde luego Yin no pensaba ponérselo nada fácil, claro. Aunque sabía que su hermano lo adoraba, tenía un carácter algo inflexible a veces y era muy testarudo.

—¡Porque estoy harto de que no me tengan en cuenta! Y necesito dinero.
Quiero un caballo. Y un coche nuevo. Seguro que algo podré hacer por aquí a
cambio de que empieces a confiar un poco en mí, ¿no? No debe de ser tan
complicado.

—Gulf, ya te he dicho mil veces que la revista es…

—Espera, Yin —lo interrumpió Bright con una sonrisa traviesa que no
auguraba nada bueno. Si Gulf no hubiese estado tan ocupado intentando mantenerse sereno en aquella situación, hubiese visto cómo su hermano le guiñaba un ojo al otro—. Quizá hay algo que pueda hacer. Podemos ponerlo a
prueba, por ejemplo, y si lo cumple le dejaremos que empiece a formar parte
del negocio. Ya veremos en qué sección.

—¿Qué prueba? —preguntó Yin aún desconfiado.

—Llevamos un tiempo intentando negociar con una agencia para conseguir una entrevista con Mew Suppasit, ese cantante de rock tan famoso. Así que, digamos que, si tú solito eres capaz de lograrlo, tendrás carta blanca en la empresa, ¿qué te parece, Gulf?

—¿Bromeas? —Abrió los ojos, emocionado.

—No. Sabes que siempre cumplo mi palabra.

—Bright, no sé si esto… —comenzó a decir Yin, pero los gritos de Gulf lo silenciaron cuando se levantó y comenzó a dar saltitos por el
despacho.

Ciertamente, la idea de conseguir una entrevista de ese tal Mew parecía pan comido y más para él, que tenía conocidos poderosos en la ciudad y
seguro que uno conocería a otro y ese otro a ese otro… que lo llevaría hasta su objetivo. Solo tendría que hacer un par de llamadas mientras se arreglaba el cabello en su casa y se tomaba un zumo de piña.

—La entrevista debe ser con una grabadora de voz, evidentemente. Y que tenga sustancia, ¿de acuerdo? Nada de las típicas preguntas. Cuando la tengas, vuelves aquí.

Gulf le sonrió a su hermano antes de darle un beso en la mejilla. Cuando se incorporó, lo hizo con una sonrisa, recogió el bolso que había dejado en el respaldo de su silla y se despidió con alegría de los dos. Al salir, se permitió el lujo de parar en una pastelería y comprarse un capricho que devoró
mientras caminaba hacia su apartamento.

¡Por fin iba a poder cumplir su sueño! Ellos aún no sabían de qué se trataba, pero ya se enterarían cuando lo dejasen participar en la revista como a un Traipipattanapong más. Mientras tanto, en su cabeza empezaba a imaginarlo todo, a pulir detalles, a esbozar la idea y a redondearla.

Claro que, por desgracia, Gulf no sabía que no estaba tan cerca de su objetivo como él creía. En el despacho, sus hermanos se miraron fijamente en cuanto se marchó.

—¿Por qué has hecho eso? —preguntó Yin confuso.

—Quería divertirme. Y ponerlo a prueba —contestó Bright.

—Sabes que jamás conseguirá esa entrevista con Mew Suppasit. El tipo lleva seis años sin conceder ninguna. Ni siquiera por promoción cuando saca
nuevo álbum. Hubiese sido más fácil pedirle que fuese al Tíbet y volviese tras alcanzar la cima.

—No exageres. Seguro que así se espabila. Es lo que tú hiciste conmigo
cuando quise entrar en la revista, ¿no? Mandarme las tareas más jodidas —le
recordó.

—No es lo mismo. Eran jodidas, pero posibles.

—Bueno, así veremos cómo se desenvuelve…

—Pobre, Gulf. —Yin chasqueó la lengua.

—No disimules. Te encanta la idea de ponerte este reto. Mira, ya sabemos que no conseguirá la entrevista; está bien, en eso te doy la razón, pero, si sencillamente vemos que se esfuerza y no se deja vencer por la frustración, le
daremos una oportunidad, ¿qué te parece?

—Creo que es justo. —Yin asintió con la cabeza.

—Pues no se hable más. Sentémonos para ver el espectáculo. 🌻☀️

Gulf quería ser príncipe. 👑Where stories live. Discover now