CAPÍTULO 1: Damian y Nicolas

6 1 0
                                    

La admiradora estaba nerviosa, casi temblaba, sentía frío a pesar de ser verano y su ansiedad aumentaba con cada salón vacío que encontraba, hasta que escuchó un estruendo: papeles y carpetas cayendo, así sonó el estruendo.

La admiradora se acerca despacio al salón Wise en el tercer piso, entendió la mano y abrió poco a poco la puerta...

—¡No es lo que parece!—gritó Damian apartando desesperado a Nicolas.

Cuando este último noto la presencia de la admiradora sudo frio, jamás habían sido descubiertos y ver a la Admiradora en la puerta lo puso tan nervioso que no pudo moverse o articular palabra alguna. Nicolas, en medio de su desesperación, corrió hacia la puerta, empujando a la admiradora y escapando de la situación tan incómoda.

—¿Q-Qué...—intentó preguntar la admiradora—¿¡Qué estaban haciendo!?—gritó llorando.

No hacía falta la pregunta, ambos sabían que era lo que Damian y Nicolas estaban haciendo en el salon. Cayó de rodillas y se puso a llorar desconsolada.

Damian estaba paralizado. ¿Que siguia ahora? Todos iban a saberlo, bastaba con que una sola chica se enterara para que el resto del colegio lo hiciera. Tuvo un impulso violento y se acercó a ella con ganas de amenazarla. Pero al estar más cerca y escucharla llorar tan fuerte, se retuvo de esas acciones.

—P-Por favor...—murmuro despacio Damian—no...no le digas a nadie. Yo, yo estoy dispuesto a hacer lo que quieras...así que por favor no le digas a nadie—Damian también cayó de rodillas—¡Te lo ruego, no le digas a nadie!

La admiradora, al tenerlo tan cerca, solo se concentró en sus facciones. Había una buena razón por la que ese día había tenido ansiedad al buscarlo sin cansancio en la hora del recreo, sin esperar encontrarlo en un salón, a oscuras junto a Nicolas, besandose.

—¡Te lo ruego!—gritó otra vez Damian.

—Yo...no sé...

—¡Haré lo que sea!

—¿Cualquier cosa?

—¡Si! ¡Haré lo que sea!

La admiradora reflexiono un poco sobre ello. ¿Valía la pena pedirselo? ¿Realmente lo valía? No pudo ante tanta tentación y se decidió por pedirselo.

—¿Podrías ser mi novio?—preguntó finalmente la admiradora.

Damian pareció no entenderlo la primera vez que la escuchó. De todas las cosas, eso era lo menos que esperaba. Pero reaccionó rápido y aceptó. Ser novio de alguien no le parecía tan grave.


***


—¿Y entonces?—preguntó Joaquin a su novia—¿no quieres ir conmigo? ¡Eso es lo que dices!

Discutían. Aparentemente Joaquin ya había planeado una cita con su novia: Rojas, pero ella la canceló a último momento.

—Es que es mucho, quiero decir, siempre que trato de planear una cita con MI novia, no quieres ir. ¡Siempre son excusas!

—¡Deja de gritar en medio del pasillo! Una tutora vendrá. Ya te expliqué que mi madre me tiene ocupada, así que no es mi culpa. ¡Entiéndelo, por favor!

—¿Qué es lo que harás entonces?—pregunto molesto, Joaquin

—Pues...—Rojas miró a su costado y vio a Nicolas corriendo despavorido del salon Wise—¡Nicolas, espérame!—grito persiguiendo—luego hablamos, Joaquin—le gritó a su novio mientras iba tras Nicolas.

Una vez Rojas alcanzó a Nicolas por fin, lo primero que hizo fue abrazarlo; aunque cuando intentó besarle Nicolas se apartó y un poco más y la empujo.

—¡Qué diablos te sucede!—le gritó Rojas enojada por ser rechazada—¿estás bien?—preguntó notando que estaba agitado.

—¡Dame un minuto! ¿No ves que acabo de correr?—le gritó sin aliento.

Nicolas había corrido tanto luego de ser encontrado junto a Damian por la Admiradora. Sintió tanto miedo que ni siquiera pudo pensar bien y solo salió corriendo.

—¿Qué quieres?—le pregunto finalmente Nicolas—Vi que estabas con Joaquin, ¿por qué me persigues entonces?

Rojas se enfado por la pregunta.

—¿¡Acaso estás estupido!?—le gritó dándole una cachetada, antes de irse de nuevo con Joaquin.

Nicolas se quedó aún más confundido por la cachetada. Pero luego de unos minutos pudo pensar en el porqué. Esa tarde habían acordado una cita, la razón por la que Rojas le negó la salida a su novio Joaquin.

—Quizá si estoy estupido—murmuro Nicolas en un trance algo extraño.

Habían pasado muchas cosas ese día y no tuvo tiempo de preocuparse por Rojas, su amante.

Damian no es Valentino y Nicolas no es AndresWhere stories live. Discover now