Capítulo 70 ✔️

Start from the beginning
                                    

—¿Preparada? — me preguntó con seriedad.

Asentí con mi cabeza, tragando en seco.

Bastián se arrodilló en la cama tomando mi cadera, girándome boca abajo, apretó mi trasero con sus manos, elevándolo y dejándolo a la altura de su verga; sentí su boca en mi trasero, dándome un beso en él, seguido de un manotazo.

—¡Oyeeee! — chillé, pero mis palabras quedaron ahí cuando se introdujo de repente en mí, haciéndome gemir.

Tomó mis manos llevándola detrás de mi espalda, sosteniéndola con su mano, embistiéndome como una máquina sin control; mordí la sábana de la cama con furia, gritando como una loca mientras Bastián arrasaba con mi coño, este era el verdadero cielo.

Cada golpe contra su polla hacía mi trasero rebotar, mis piernas comenzaron a fallar rápidamente; soltó mis manos parándose de la cama, arrastrándome sobre el colchón, cargándome al sofá, me dejó a horcajadas sobre él.

—Fóllame— ordenó.

—¿Qué?

—Quiero que me folles, mocosa, quiero verte saltando sobre mí, montándome— manifestó con respiración pesada, podía ver la lujuria en su mirada.

Respiré lento y profundo para empezar a moverme encima de él. Bastián cerró sus ojos recostando su cabeza en el espaldar del sofá, llevando sus manos a mi trasero.

—Demonios, Kiara— masculló apretando mis nalgas.

Flexione mis piernas, impulsándome hacia arriba una y otra vez, dejándome caer sobre su polla, la cual tocaría mi útero si seguía saltando sobre él de esta forma. Un gemido escapó de su garganta a medidas que yo aumentaba mi ritmo, sentía como podía dominarlo en esta posición, llevé mis manos a sus hombros buscando soporte y poder torturarlo mejor.

—Más, nena, más— me rogó dejando sus manos en mi cintura, ayudándome a moverme más rápido.

Bastián me pedía más, por primera vez era él quien rogaba por más y yo quería darle más.

Mi clímax se acercaba, pero no quería parar, quería que todo dentro de mí asolara con él, podía sentir como mi cuerpo empezaba a temblar, la agitación se hacía presente, cerré mis ojos dejándome llevar por lo que estaba sintiendo.

—Kiara—susurró Bastián, —detente nena, detente— me pidió.

No era capaz de hacerlo, no cuando sentía que estaba punto de alcanzar mi liberación, continúe saltando encima de él, dejándome arrastrar por mi propio placer.

Escuchar los gruñidos de Bastián por toda la habitación, condenándome a mi más oscuro deseo, no tenía una explicación, hasta que llegué, llegué a mi propia liberación, sintiendo como él explotaba dentro de mí, llenándome por completo de él; nuestros sexos palpitaban por el orgasmo que provocaba el otro.

—Eres diabólicamente cruel— susurró con su voz entrecortada y sus ojos cerrados llevando su cabeza hacia atrás.

Miré a Bastián un segundo con sus ojos cerrado y frente sudorosa, esta era la imagen que deseaba ver cada noche en esta habitación, mi hombre complacido por mí, por su esposa. Mi bestia abrió los ojos sujetando mi barbilla, besándome.

—Gracias— musitó estrechándome en sus brazos, inflé mi pecho esbozando una sonrisa.

—¿Complacido, señor Davis?

—¡Oh, señora Davis! No sabe cuánto— respondió capturando mi pezón con su boca. Era increíble sentir como su polla volvía a revivir dentro de mí para una segunda ronda.


POV BASTIAN DAVIS

Miraba a Kiara dormir desnuda sobre mi cama después de hacerle el amor varias veces, me sorprendió la manera en la cual me manejó a su antojo esta noche, haciendo de mi lo que ella deseaba, era pequeña de estatura, pero demasiado caliente en la cama, nunca me había corrido tanto en una sola noche, y todas las veces dentro de ella.

Ver su espalda desnuda y el comienzo de su trasero me ha provocado otra erección repentina, era algo que no podía controlar cuando se trataba de ella, y más si la tengo entre mis sábanas, en mi cama, siendo mi esposa, mi mujer.

Esta mocosa me estaba consumiendo, me volvía loco.

Vi la luz de mi móvil encenderse sobre la cómoda, lo tomé viendo el nombre de Anthony Thurman en la pantalla.

<< ¿Por qué diablos, Anthony me llamaba a esta hora?>>

Apagué la pantalla de mi móvil dejándolo otra vez sobre la cómoda, mañana le llamaría.

Llevé mi brazo a Kiara acercándola a mí, abrazándola, necesitaba dormir; me gustaba sentir su cuerpo desnudo acariciando el mío.

—Bastián— balbuceó ella.

—Shhhhh— emití, —duerme.

—¿Cómo puedo hacerlo cuando tú polla me traspasa el trasero? — musitó moviendo mi polla a la entrada de su coño.

—Eres una ninfómana— expuse, clavándome dentro de ella.

—Y su pongo que eso no te gusta...— habló bostezando.

—No, no me gusta..., me encanta— afirmé preparado para volver a hacerle el amor.

La MenorWhere stories live. Discover now