Capitulo 64 ✔️

Bắt đầu từ đầu
                                    

—Kiara— susurró mi padre.

Mis ojos se cristalizaron.

—No papá, no seguiré siendo una pieza en tu juego, la cual puedes mover cada vez que se te antoje, ya no soy la niña que hacía todo lo que tú ordenabas, ¡no soy Kate! — logré decir finalmente —No soy Will, nunca fui como ellos, nunca pude y nunca podré vivir la vida que tú diseñaste para mí, no me someteré a ti y tus malditos caprichos, ¡soy tu hija!, no un objeto que puedes disponer de él cuando quieras, moviéndolo a donde quieras— escupí.

Por fin me atrevía a decir cosas que necesitaba vomitar.

—Escúchame bien maldita, mocosa— gruñó mi padre acercándose a mí, haciéndome retroceder, choqué con la pared — convencerás a Bastián de eliminar la cláusula, aunque sea lo último que hagas en tu asquerosa vida, porque venderé esa maldita empresa, ¿me escuchaste? — reveló dejándome atónita.

—¿Qué? — dije sin creerlo, —Kate es tu representante en la cadena de hoteles Walton y Will está en Vancouver siendo tu representante en el puerto y ¡tú pretendes dejarme sin nada!, ¿Qué es esto papá? — grité llena de cólera.

—Estás casada con Bastián, tú no necesitas nada, Bastián tiene suficiente dinero como para comprar esta maldita ciudad si así lo desea. Te casé con unos de los hombres más ricos de este país, deberías de agradecérmelo— recriminó él.

—¿Agradecerte?, lo único que te agradecería es que me dejes ¡en paz! — chillé como loca.

Vi la mano de mi padre levantarse rápidamente, sé lo que venía, no era la primera vez que Rob me pegaba, cerré mis ojos esperando el impacto de su mano en mi cara, pero nunca llegó.

—La golpeaste cuando ella era nada para mí, y créeme casi te mato Rob Walton, imagínate ahora que es mi mujer— espetó Bastián.

Abrí mis ojos encontrando a Bastián sosteniendo la muñeca de mi padre en el aire, tiró de ella con fuerza, separándolo de mí con un movimiento rápido.

Bastián se colocó delante de mí, encarando a Rob.

—¿De qué mierda me perdí? — dijo mi padre mirándonos, como si buscara algo en nosotros.

La mandíbula de Bastián se tensó.

—Vuelve al salón, Kiara— me pidió Bastián.

—No— me negué poniéndome a la par de él.

—No puede ser...— siseó mi padre con asombro; su cara de pronto pasó de un perro rabioso a un esquizofrénico catatónico.

—El Lobo de Minnesota por fin tiene una debilidad, y es una mocosa estúpida— comentó Rob esbozando una sonrisa.

—No quiero hacer esto delante de tu hija, Rob— amenazó Bastián.

—Te aseguro que me la vas a pagar Bastián Davis, me las pagarás con lo más preciado que tienes— advirtió mi padre clavando sus ojos en mí, tragué en seco.

Rob se dio la vuelta largándose, no despegué mis ojos de su espalda hasta que desapareció en uno de los pasillos.

Quería llorar.

Bastián se giró llevando sus manos a mi cara para que lo mirara.

—¿Estás bien? — preguntó preocupado.

No pude decir nada, no sabía cómo procesar todo esto, mi familia quería volverme loca, mi padre quería volverme loca.

—Kiara, nena, ¿estás bien? — indagó nuevamente al verme en silencio.

Miré a Bastián para hacer lo único que podía hacer en este momento, besarlo.

Tomé a Bastián por el cuello besándolo salvajemente, no sé qué me acontecía, pero esta era la única forma de sentirme bien, lo tomé fuerte del cuello, profundizando nuestro beso, solté su boca descendiendo por su cuello; la mano de Bastián fue directo a mi pecho mensajeándolo por encima de mi vestido sacándome un gemido.

Tomé su mano metiéndola debajo de mi vestido, dirigiéndola a mi pierna, quería desahogarme de alguna forma u otra, quería olvidar lo que estaba sintiendo. Bastián tomó mis piernas alzándome, pegándome a la pared mientras yo usaba su boca a mi antojo.

<<Dios, parezco una completa enferma sexual>>

Quise quitarle la corbata, pero Bastián se detuvo bruscamente tomando mi cara con su mano.

—Kiara— susurró levantando mi cara — esta no es la manera nena, sé que estás enojada, pero esta no es la forma más saludable de desahogarte— indicó mirándome fijo.

En ese instante desperté, quebrándome de forma inesperada. Me rompí a llorar, Bastián me abrazó fuerte despegándome de la pared.

—Lo siento— sollocé avergonzada.

Sentía como todo dentro de mí explotaba sin poder hacer nada, sus manos acariciaban mi espalda tratando de calmarme, no soportaba a mi padre, no soportaba este maldito apellido, no soportaba el dinero, no soportaba pertenecer a este círculo, solo quería ser feliz por una puta vez en mi vida, solo quería ser yo, sin reglas, sin obligaciones, solo yo.

—Todo va a estar bien, te lo prometo— expuso a medida que mis pies tocaban el suelo.

La MenorNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ