Historia ubicada después de los acontecimientos del Retumbar. Conoceremos la manera en que Mikasa y Levi retoman sus vidas tanto por separado como juntas eventualmente.
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Inmensas y densas nubes de vapor recubren el terreno ahora desolado, desde que la enorme ola de titanes colosales del retumbar fuera detenida.
Muchos de los refugiados que huían de la destrucción estaban confundidos, luego de haberse transformado en titanes y volviendo a la normalidad. Ninguno de ellos se explicaba como sucedió, al parecer un milagro los había salvado aunque sea a ellos de tan horrendo destino. Quienes ya habían vuelto a la normalidad se reencontraban con sus familiares. Celebraban ante la gran hazaña realizada por la alianza, entre guerreros de Marley y soldados de la Legión de Reconocimiento de Paradis.
Pese a esto, la tristeza que ahora pesaba en los hombros de los soldados era más amarga que nunca. El sacrificio de Eren, el encuentro de despedida que tuvo con cada uno de ellos en los caminos, la pérdida de sus amigos y familiares... El hecho de que el éxito de este momento se deba a tener que matar a quien fuera su amigo, camarada y familia, era todo lo que pasaba por la mente de cada uno de ellos y los atormentaba.
Con cada oleada de recuerdos y lágrimas derramadas, añoraban la idea de la posibilidad de haber encontrado otra forma, otra salida. Lamentablemente, fue la única que encontró Eren y a la que finalmente a pesar de sus deseos de vivir junto a ellos, tuvo que adherirse.
A todas estas, la única que no se veía era Mikasa, ya que fue la encargada de cortar la cabeza de quien orquestaba el avance de los colosales y por lo tanto, la última en reunirse con el resto.
El abatido capitán Levi se encontraba malherido, ensangrentado, sentado y apoyado en una roca con las vendas llenas de sangre por la batalla. De pronto, mientras Gabi y Falco se reencuentran ve que en medio del humo están todas las personas que él quería y que ya habían fallecido.
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Desde Erwin hasta Hange, todos 'entregando sus corazones', es así que él hace el símbolo de la libertad y el cuerpo de exploración, 'entregando su corazón' también, cual misión cumplida se tratara, mientras se desvanecen los recuerdos con el humo.
Ya sucumbiendo al cansancio tras la batalla, no supo si había alucinado por el agotamiento al ver a sus difuntos camaradas, viniendo a despedirse por última vez de él.
Dio un profundo suspiro, mientras las lágrimas recorrían su rostro tratando de asimilar lo que habían logrado. Simplemente ya no quería pensar, el ambiente surrealista que lo rodeaba no hacía más efecto en él.
...
Finalmente Mikasa llegó hasta ellos, en sus manos cargaba con la cabeza de quien fue su amado. Quizás era el shock por lo que había hecho, pero su rostro lucía algo inexpresivo, su respiración irregular y algunas lágrimas recorrían sus mejillas. Los fuertes latidos de su corazón aún audibles, ensordecían el ruido a su alrededor. La joven llamó a su amigo y este al ver lo que cargaba, lloró amargamente.
