Verse atrapada en un triángulo amoroso no estaba en los planes de Violette; su intención nunca fue herir los sentimientos de otras personas, pero ¿cómo podía evitar enamorarse de Harry, el único chico que realmente la veía?
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En mi mochila guardo todo lo necesario para esta tarde, incluyendo bloqueador solar, una toalla y algunos aperitivos que había preparado unos minutos atrás. Debajo de mi ropa visto mi traje de baño y me aseguro de no olvidar nada.
Me ocupo de dejar mi habitación en orden y entro a la de mi tía para informarle que saldré por unas horas con Harry. La mujer rubia asiente, pide que me cuide, me desea suerte y finalmente pregunta a dónde vamos a ir, pero miento ¿por qué? No lo sé, así que solo menciono que iremos a dar la vuelta por el pueblo.
A mi celular llega un mensaje del antes mencionado, quien me informa que ha llegado y está esperando por mí afuera, así que beso la mejilla de mi tía y bajo las escaleras corriendo y sintiendo como mi mochila golpea levemente mi espalda con cada movimiento acelerado que hago.
Abro la puerta, antes asegurándome de que mi aspecto es bueno, para encontrarme con esa sonrisa contagiosa adornada de hoyuelos que últimamente me ha robado el sueño por las noches.
— Cherry — saluda con un tono de voz formal, incluso inclina un poco su cuerpo a manera de reverencia
— Ojos de aceituna — digo de la misma manera y repito su acción
— ¿Qué acabas de decir? — frunce el ceño de manera exagerada
— Tus ojos, son verdes — digo obvia — Soy mala para los apodos, supéralo
— No solo eres mala, eres un asco. Además, no me gusta ese apodo
— Pues te lo diré hasta que me digas porqué me llamas "cherry"
— Como sea — rueda los ojos — ¿Estás lista?
— Lo estoy — afirmo
Es en este momento en el que veo que Harry lleva consigo una bicicleta, una mochila y su guitarra guardada en su funda.
— Y tú también estás listo — señalo con una risita
— No, al carro del vecino si quieres — bromea y le doy un pequeño golpe en el brazo — Sí, Violette, a la bicicleta. Ven, te ayudo
— ¿Estás seguro de podrás?
— No, pero lo intentaremos
Harry toma mi mano y sube primero colocándose sobre el asiento, en seguida, me atrae hacia él y me ayuda sentarme de lado sobre el tubo que une el asiento con el manubrio, se asegura de que vaya lo más cómoda posible y de que nuestras cosas estén en orden y sin más, comienza pedalear calle abajo.
