El desastre que nos une.

Capítulo 20

Alba.

Me incorporé como pude en el colchón, me dolía terrible la cabeza.

Escaneé todo a mí al rededor, era todo muy confuso. Estaba en un hospital, miré las palmas de mis manos estaban llenas de sangre seca y raspones.

Por instinto subí mi mano hacia mi cabeza, y al tocarla tenía una gasa en la mitad de ella, comencé a tener pequeños flashback de lo sucedido.

Eli y Nick tuvieron un accidente.

Logan, intentando esquivarlo.

Yo pegando mi cabeza en el tablero mientras el auto se estrellaba en la parte trasera, del auto de Nick.

Intente levantarme.

Necesitaba saber cómo estaba Eli, Nick.

¿Donde estaba, Logan?

Me quite las sábanas y todos los aparatos que tenía puestos en mi cuerpo, al verme las piernas pude ver los raspones que tenía, y la sangre seca por todas partes.

Me baje de la camilla lo más rápido que pude, pero fue una terrible decisión al ver como me tambaleaba para quedarme de pie.

Las cosas de mi madre están aquí, vi unas flores. Me acerqué para ver la firma.

Eran del señor Theodor y la señora Lilieth.

¿Cómo se enteraron de lo sucedido?

A pasos lentos caminé hacia la salida de esta habitación, pero mi paso se vio interrumpido por unos murmullos de unas enfermeras que venían hacia mi habitación.

Abrieron la puerta y mi madre fue la primera en entrar.

—Mi pequeña.—dijo con lágrimas en los ojos.—Acuéstate, necesitas descansar.

—¿Cuanto...—intente decir, mi voz no se había recuperado del todo al parecer.—¿Cuánto tiempo me dormí?

Miré a Matt entrando con un arreglo floral.

—Un día, mi amor.—dijo mi madre mientras sollozaba.—Gracias al cielo despertaste, mi vida no podría seguir sin ti, mi pequeña y dulce niña.

Me abrazo y jadee por el dolor que tenía en todo el cuerpo, ella se alejó y se disculpó.

Yo seguía muy confundida.

¿Un día entero? ¿Eso será posible?

—¿Que haces aquí?—Me dirigí hacia Matt.

—Tu mamá me llamo desde tu celular.—dijo con inocencia.—No podía quedarme de manos cruzadas al saber que habías pasado por todo esto.

Agradecía que estuviera aquí, pero ahora me importaba una mierda.

¿Donde estaban mis amigos?

¿Donde estaba, Logan?

—¿Donde están mis amigos?—le pregunté a mi madre.

Se le nublaron los ojos de nuevo, duda en responderme parecía estar escogiendo sus palabras.

—Mamá...—Le dije, aunque se había escuchado más como una súplica.—¿Donde están mis amigos?

Ella pudo notar que comenzaba alterarme, antes de que siguiera con la misma pregunta ella me interrumpió.

—Acuéstate un momento cariño.

Rodé mis ojos con fastidio, no podía ser muy difícil decirme dónde estaban, solo quería saber si estaban bien.

¿Donde estás, Logan?