El desastre que nos une.

Especial en la playa.

Alba.

He pasado tanto tiempo intentando ser perfecta, para los demás y hasta de cierta manera para mí.

Cree un estándar de perfección que solo existía en mi cabeza.

Intente como diera lugar olvidar lo doloroso de mi pasado, lo sucedido con mi padre.

Porque ese pasado dolía y era totalmente imperfecto.

No me juzgues, a todos nos asusta el desorden ajeno.

Todos alguna vez hemos dicho  que el ser humano no es perfecto, pero tal vez esa definición de perfección no es lo que siempre hemos oído.

¿Por qué quién sería perfecto sin haber luchado antes?

Sin haberse caído y vuelto a levantar, tal vez esas batallas, las veces en que hemos sentido que no podemos más pero aún así seguimos luchando son las que nos hacen ser perfectos, lo perfecto no es lo que no se rompe, lo perfecto es lo que aunque se rompa mil veces siempre hace lo imposible por volver a reconstruirse.

Eso es un ser humano, seres con pasados imperfectos volviéndonos personas perfectas.

Levantarme esta mañana con Logan abrazándome, me hizo entender que no necesitaba la perfección.

Necesitaba aceptarme.

Solo necesitaba amarme.

Logan, no estaba al tanto de cuanto mi corazón anhelaba verle.

Siento una atracción inexplicable, le quería.

No podía describir a Logan, hacerlo lo estaría limitando, de Logan me gustan tantas cosas, hasta su nombre me parece único, aunque sabía que hay miles que se llamaban igual a él.

Pero él es perfecto, coincide con todo su ser; como con sus ojos azules eléctricos, su sonrisa, su mirada, su sentido del humor, hasta su malhumor me parecía tierno.

Él es perfecto para mí, y yo... yo intento ser perfecta para él.

—Deja de mirarme así, acosadora.—dijo Logan entre dormido y despierto.

Rodee los ojos agarre una almohada y le golpee la cara.

—Idiota.—dije riéndome al escuchar su ruñido.

Me levante y al darme cuenta que seguía desnuda, busqué por todas partes mi ropa, pero, solo encontré una camisa de Logan.

Me la coloqué sin pensarlo mucho, y al levantarme vi a Logan mirándome.

—Te quedan mejor a ti.—dijo con voz ronca.

Me sonroje por ese simple comentario.

—Ven acá.—dijo mientras estiraba su mano.—Quédate un ratico, por favor.

Sonreí y fui hacia la cama de nuevo, me abrazo y se tenso al sentir que estaba fría.

—Bonita.—dijo.—¿Esperarás a que te bese, o tú lo harás?

Su pregunta me hizo sonreír y me acerqué para besarlo.

No sabía exactamente en qué punto estábamos los dos, solo sé que quería estar así siempre.

Logan quería dormir y yo solo quería hablar con él, no recuerdo cuantas veces le golpeé el brazo para que despertara.

—¿Cuál es tu mayor sueño?—pregunto con intriga.

—Que me dejes dormir cinco minutos tranquilo.—dijo y escondió su rostro en la almohada.