III; Contactos.

Începe de la început
                                    

─ Cierto. ─ Le señalaste con el dedo. ─ Pero nadie tiene la iniciativa que tienes tú. ─ Sonreíste, para sorber por primera vez ese café.

El androide se sentó en tu mesa para poder ver lo que investigabas en aquella pantalla.

─ ¿Vuelves a investigar el caso?

─ Nunca he dejado de hacerlo. ─ Lo miraste y, después de observarlo un rato, proseguiste. ─ Estaba intentando conectar a todos los tipos de androides, para poder llegar a algún tipo de conclusión. 

─ ¿Lo has conseguido?

─ Más o menos. ─ El divergente te observó, pareciendo esperar una respuesta más extensa. ─ Solo hay tres tipos de modelos; los deportivos, los de... compañía y los asistentes. 

─ ¿Y qué relación puede haber entre ellos?

─ A eso iba... Que los androides deportivos destacan por tener la bomba de thirium más valiosa de todos los tipos de androides.

─ Crees que los usan en el mercado negro, ¿verdad?

─ Realmente sí. También, los androides de compañía y los asistentes destacan por sus apariencias físicas, y no solo eso, también por sus resistentes bombas de thirium. ─ Al ver que Connor no decía nada, proseguiste. ─ He movido mis hilos, hablando con una persona, y he llegado a conseguir la ubicación de un mercado clandestino. 

─ ¿"Una persona"? ¿Hay traficantes trabajando para el Departamento de Policía?

─ No exactamente. Es, más bien, un trueque. ─ Alzó una ceja, poco convencido. ─ Es mutuamente beneficioso, al fin y al cabo... Nos podemos fiar, de verdad. 

─ Tengo entendido que eso no es legal.

─ A veces, son las normas las que están para saltárselas. 

─ No creo estar del todo de acuerdo con...

─ Connor. ─ Lo callaste. ─ Si encontramos la bomba de thirium, podremos llegar hasta el asesino.

Pareció pensar en tus palabras.

─ Está bien. Supongamos que vamos; habrá que esperar a que haya movimiento entre los traficantes y para ello podrían pasar semanas...

─ Hay dos zonas en concreto en las cuales el tráfico está muy activo: Ferndale, en esta serie de apartamentos. ─ Señalaste la zona en el mapa de tu ordenador. ─ Y Slide Docks, esta zona de aquí. ─ Volviste a señalar una zona cercana en el mapa.

─ Tendríamos que dividirnos para cubrir ambas partes. ─ Hiciste una mueca, negando.

─ He convencido a mi tío para que vaya a un sitio y, nosotros, al otro.

─ ¿Tenías ya todo el plan pensado, no?

─ Correcto.  ─ El androide sonrió ligeramente.

[...]

Habían pasado unas cuantas horas desde tu charla con Connor. Estabais sentados en tu coche personal, intentando disimular todo lo posible el hecho de que fuerais policías.

Estabais algo lejos de la zona, así que sacaste los pequeños prismáticos de la guantera para poder observar mejor el lugar.

─ No necesitamos los prismáticos. Puedo ampliar mi visión en más de un ochocientos por ciento. 

─ Me parece fascinante. ─ Te giraste para mirarlo. ─ Pero yo no puedo. 

─ Al menos tienes algo que observar, yo a penas veo algo en este maldito muelle desértico. ─ Habló Hank por radio.

Inestabilidad ⨾ ConnorUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum