X; Ebria.

671 78 38
                                    

8 de noviembre, 2038

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

8 de noviembre, 2038. Comisaría de la Policía de Detroit. 20:56 p.m.

El sonido de la máquina de café era lo único que podía escucharse en aquel momento en la cafetería de comisaría.

Puede que fuera ya el sexto café de la tarde.

- Tanta cafeína acabará matándote. - La voz de Gavin apareció de golpe, haciendo que tus pensamientos sobre Connor se dispersaran.

Estabas apoyada en la encimera, mirando la máquina de café como si fuera la cosa más interesante del mundo.

- Quizá ese sea mi objetivo. - Le contestaste sin a penas girarte para mirarlo.

- ¿Siguiendo los pasos de tu tío? Créeme, no deberías. - Hizo referencia al hecho de que Hank se emborrachaba para poder «matarse poco a poco», rogando que algún día le diese un coma etílico.

- Cállate, Reed. - Seguías sin mirarlo, tampoco era lo que más te apetecía después de la tarde que habías tenido.

El moreno levantó los brazos en señal de rendición, a pesar de que no lo vieras.

- Me he enterado de lo que ha pasado hace unas horas en la torre Stratford... - Aplaudió un par de veces antes de continuar. - ¿Está bien el trozo de plástico? Casi lo... matan no, lo desactivan, ¿no? ¿Así mejor? - Te giraste para enfrentarlo finalmente.

- ¿Cuál es tu puto problema? - La pregunta era evidentemente metafórica, pues ni esperabas ni querías una respuesta por su parte.

- ¿Qué? ¿Me estás diciendo que ibas a llorar porque casi destrozan a ese pedazo de plástico? - Rió, irónico. - Creía que tus estándares eran más altos.

- Pues ya ves que no. - Volviste a girarte, deseando que Gavin se marchara sin decir una palabra más, pero no fue así, para tu disgusto.

- Yo me miraría el hecho de que me atraiga un trozo de plástico... No sé, parece que tienes más problemas que los que enseñas, preciosa. - Y, entonces, se marchó. Aunque hubieras deseado que hubiera sido antes de soltar aquello último.

El café salió, llenando la taza que habías puesto. Pero, curiosamente, ya no tenías ganas de café, necesitabas algo más fuerte.

Caminaste rápidamente hacia tu escritorio. Connor estaba sentado en su mesa, pareciendo revisar los tantos archivos que todavía teníais pendientes de divergencia. Hank, por su lado, estaba jugando de nuevo con aquella moneda, pero intentaba ocultarlo para que nadie se diera cuenta.

- ¡Tío Hank! - Soltaste nada más llegar, este último se sorprendió y casi lanza la moneda al otro lado de la comisaría.

- ¡Enith! - Te riñó, guardando de nuevo torpemente la moneda. - ¿Qué pasa? - Preguntó, un poco más calmado.

- Vámonos. - Soltaste sin haberlo reflexionado mucho previamente. Solías ser una chica que, conscientemente pensaba en todos sus próximos movimientos, sin hacer prácticamente nada de forma repentina y sin haberlo planeado, pero esto era distinto.

Inestabilidad ⨾ ConnorWhere stories live. Discover now