Epílogo

227 20 12
                                    

-¿De nuevo?

-Sí.

-Creí que ya no las tenías.

-Nunca he dejado de tenerlas. Es solo que no hablo de ellas.

-¿Debería preocuparme?

-Claro que no.

-Entonces no te importará que le informe a Naomi de esto.

-Has lo que desees Hanna.

-Los ángeles no sueñan Castiel, ni mucho menos tienen visiones despiertos.

-Tampoco caen en coma. Y por lo que me contaron eso es lo que pasó en mi última misión.

-No voy a volver a lo mismo.

-¿A qué te refieres?

-Castiel, desde que despertaste hace dos años no has hecho mas que cuestionar esa última misión. ¿Porqué te es imposible continuar y seguir adelante?

-Porque no es fácil. Lo último que recuerdo es que me ordenaron salvar al hombre justo, me dispuse a volar hacia las profundidades del infierno y después, nada... Un día voy y despierto en una habitación en el cielo, Naomi me dice que han pasado años, que llevo todo ese tiempo dormido cosa que los ángeles no pueden hacer, me dicen que salve al justo, que el cielo logró detener el apocalipsis y que ahora que volví, retome mis asignaciones normales. ¿Hanna como te sentirías si estuvieras en mi lugar?

-Supongo que la confusión es coherente a lo que te sucedió.

-Quiero saber que paso en el infierno, porque quedé en coma, porque tanto tiempo, qué fue lo que me despertó...Pero cada vez que pregunto...

-Te mandan a callar.

-Solo quiero saber, Hanna. ¿Acaso es mucho pedir?

-No estamos aquí para cuestionar nada, solo para servir y obedecer.

-Entonces debo ignorar lo que sucedió y continuar...

-Es lo mejor. Si ellos no te han dicho nada, una buena razón deben tener y si es así, quienes somos para cuestionarlos.

Decido terminar la conversación allí. Cada vez caemos en lo mismo, y cada vez obtengo la misma respuesta: no cuestiones y obedece. Cada ángel con el que he mantenido una conversación decente me dice lo mismo. Pero ellos no pueden ponerse en el lugar en el que estoy yo. Una parte de mi vida falta. Y nadie quiere decirme que paso con ella.

-Casi olvido la razón por la que vine...

Respiro con profundidad y planto la mirada en mi interlocutora como preguntándole qué desean que haga.

-Eres el mejor interrogador el cielo, y necesitamos tu ayuda.

Asiento sin ganas. Dejo mi puesto de vigilancia y me dirijo a las mazmorras del lugar junto con Hanna. Ni siquiera me interesa saber a quién debo interrogar, solo enfocaré toda la frustración que tengo en sacarle información al prisionero.

-Él es Gabriel, el arcángel Gabriel.

Observo a un pequeño hombre golpeado y ensangrentado, encadenado a la pared. Apenas está consciente. Al sentir nuestra presencia, nos clava la mirada, sus ojos se detienen en mí y esboza una sutil sonrisa. ¿Lo conozco?

-Está acusado de alta traición. Tiene algo en su poder, algo que tomó de las oficinas de Naomi. Necesitamos saber donde está.

Hay algo que no entiendo. Si es un arcángel. El poderoso arcángel Gabriel, ¿Cómo lograron atraparlo y dejarlo en ese estado? Acaso las leyendas de su fortaleza y poder sin igual, son solo eso: ¿leyendas?

-¿Podrás hacerlo Castiel?

-¿Qué es exactamente lo que están buscando, Hanna?

-Algo que nunca les perteneció hermano.

La voz de aquel ser angelical, resuena por un momento en mi cabeza y se mantiene como eco flotando hasta desaparecer. Cierto aire de familiaridad se despierta en mi interior, cosa que no había sentido desde que retomé mi vida en este lugar.

Esto definitivamente es algo nuevo.

-Gabriel, eh... Va a ser un enorme placer interrogarte...

____________________________________________________________

Y llegamos al final de "Sabores"

Espero hayan disfrutado muchísimo de este primer tomo.

La siguiente parte se llama "Memories", y es la continuación de esta historia.

Espero su apoyo para continuarla, y gracias por leer y llegar hasta aquí.







SaboresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora