Salado

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Una torrencial lluvia caía en ese momento en toda el área, lo que evitaba que los Winchester pudieran salir a cazar. A pesar de tener un caso pendiente, no podían exponerse a chocar el precioso "Baby" de Dean. Así que, de la manera más sabía, ese lunes tendrían que quedarse en casa.

Para su suerte, Charlie estaba allí para amenizar el tiempo. Extra oficialmente, era ella quien dirigía aquel búnker y evitaba que terminará en un desastre por falta de mantenimiento. La mejor elección de los hermanos en el momento de asesorarse con una especialista en tecnologías de comunicación e información y una hermana muy preciada que por elección, se había vuelto parte de su familia.

-Entonces, ¿jugamos?-preguntó la joven sosteniendo una cuadrada caja de madera con extraños símbolos en sus lados.

-¡¿Dónde encontraste eso?!-interrogó alarmado Dean incorporándose de inmediato.

-Tranquilo. Ya revisé que tiene. Es una caja con piezas de madera en forma de animales, un tablero y unas cartas.

-Dime que se trata de Jumanji...-exclamó esperanzado el mayor de los Winchester.

-Lo mismo pensé -se emocionó la chica, dándole un pequeño golpe a su hermano en el hombro.

Sam después de lanzarles una mirada reprobatoria tomó el juego y lo abrió. En efecto parecía algo inofensivo. Pero incluso un calcetín tirado en medio de ese bunker podría representar peligro dado sus antecedentes.

-Es mejor que hagamos otra cosa, Charlie. -sugirió Sam mientras cerraba la caja y la ponía bajo su brazo-No podemos confiar en esto, y con la suerte que tenemos no me gustaría terminar invocando a un demonio que no podemos derrotar.

-Aguafiestas...-murmuraron ambos al mismo tiempo con un claro gesto de decepción.

-¿Que tal cartas? -pregunto Sam, ignorándolos- Tengo unas en mi dormitorio.

Y antes de que pudieran opinar en contra, desapareció llevándose la caja.

-Estoy aburrida-se quejó la pelirroja tomando la cerveza que Sam había dejado atrás.

-Somos dos. -suspiro Dean tomando asiento junto a Charlie-Esperaba ir a cazar a esos espectros. Pero todo se arruinó.

-Lo sé. Yo iba a ir con ustedes, ¿lo olvidaste?

-Necesitaba distraerme...-murmuró más para si mismo que para alguien más.

Charlie posó sus ojos en un pensativo Dean, estaban solos y era el momento preciso para aprovechar y preguntar qué es lo que le estaba pasando. Desde hace un par de semanas, había notado que estaba distraído, nostálgico e irritable. Era el momento de saber porqué y de qué manera podría ayudarlo.

-¿Estas bien Dean?-fue lo único atinó a preguntar mientras daba un profundo trago de su cerveza.

-Estoy bien Charlie.

Una respuesta típica de Dean. Así no podría averiguar nada. Era hora de sacar la artillería pasada. Tomando otro trago, como quien no quiere la cosa, continuó con la charla.

-Sabes, me preguntaba que había pasado con Cas. ¿Has sabido algo de él?

La pregunta flotó en el aire por unos minutos y lentamente se fue desvaneciendo sin obtener respuesta alguna. Lo sabía, el problema estaba relacionado con el ángel.

Semanas atrás, lo había encontrado en su habitación mojado con jugo de limón y con una expresión más agria que el líquido que lo bañaba. Después de eso, gracias a Sam, se había enterado que todo giraba en torno a una broma y a Castiel. Y desde allí el ánimo de Dean habían ido empeorando a medida que la ausencia de Cas era cada vez más permanente en el bunker.

SaboresWhere stories live. Discover now